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Los nietos de quienes hicieron “la América” hoy buscan hacer “la Europa”

MADRID.– Es más fácil cambiar de país que cambiar de gobierno, decía Moisés Naím ...

MADRID.– Es más fácil cambiar de país que cambiar de gobierno, decía Moisés Naím en una reciente entrevista en este diario. Quizás eso explique la cantidad de argentinos que se delatan en España con un acento que difiere demasiado de los españoles y de otros migrantes de Latinoamérica. A diferencia de otros años, donde hacían barullo en estaciones y aeropuertos, hoy se escucha ese acento que parece italiano más que americano en el despacho de mostradores.

Las autoridades argentinas aprovechan la pobreza nacional de estadísticas y disimulan migración como turismo. Pero la mentira tiene las patas tan cortas como el clic que lleva a la consulta de las estadísticas abiertas de las democracias que reciben a quienes salen sin billete de vuelta.

El flujo migratorio de argentinos a España, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas de ese país, pasó de 17 mil migrantes en 2020 a 30 mil en 2021 y a 24 mil solo el primer semestre de 2022. A mediados de ese año, la Argentina estaba entre los 15 países con más migrantes en la península, con 114 mil censados, un poco menos que los 150 mil ucranianos y de los 250 mil venezolanos, por comparar con las migraciones que más crecieron en la península.

Solo en el primer semestre de 2022 más de cuatro mil argentinos fueron recibidos como españoles de pleno derecho, más de los que recibieron Cuba y Reino Unido. La madre patria nunca fue más madre ni más patria

Muchas veces, se desdibuja la partida de quienes salen con pasaporte argentino y llegan a España con un documento comunitario. Solo en el primer semestre de 2022 más de cuatro mil argentinos fueron recibidos como españoles de pleno derecho, más de los que recibieron Cuba y Reino Unido. La madre patria nunca fue más madre ni más patria.

La última gran migración española en sentido inverso fue la oleada de la posguerra, que llegó pobre, joven y sin instrucción a atender comercios. Entonces, los argentinos se jactaban de conquistar las vacaciones burguesas y despreciaron las identidades comunitarias llamando a todos con un despectivo “gallego” que persiste en los chistes que insisten en pintarlos como brutos, cuando quizás solo eran diferentes.

Hoy su descendencia llega a España con la herencia de un pasaporte comunitario o un pariente que les abre las puertas.

Como aquellos de entonces, los argentinos se ocupan de bares y restaurantes en puntos turísticos que hace nada visitaban con la prerrogativa de que un peso argentino valía un dólar. Hoy, que vale alrededor de quinientos mientras escribo esto y quizás valga bastante más cuando me lean, el acento porteño se escucha de mozos y baristas tan jóvenes como aquellos españoles. Esos argentinos también llegan pobres y con una educación básica muy por debajo de las normas europeas.

Aunque según la encuesta Ipsos, el porcentaje de población que percibe una economía recesiva es de 42% en el caso en España y de 47% de la Argentina, la proporción de gente que dice que vive bien y muy bien es del 41% y 16%, respectivamente.

España es hoy un país donde en el noticiero una pareja que sale de solicitar su voto por correo declara al cronista que no estarán para las elecciones de julio porque “somos jubilados, así que nos tomamos varios meses de vacaciones”. Mi padre, uno de aquellos gallegos trasplantados que trabajó en lo que fuera, hoy está entre la mayoría que cobra una jubilación muy por debajo del mínimo que marca la línea de pobreza.

Fui a la escuela en un momento en que la discriminación no se llamaba bullying ni tenía rango de secretaría de Estado. Entonces, “galleguita” era un insulto que hacía sentir vergüenza de mi nombre Estrella y del acento de Galicia que se hablaba en mi casa. Hoy, pienso en quienes sirven café hablando sin marcar las zetas y presiento que estos argentinos se demorarán más en perder esa elle que raspa el aire con los dientes que lo que mis padres tardaron en olvidar el tú. Esos hijos y nietos están tratando de hacer la Europa igual que sus abuelos soñaron hacer la América.

Analista de medios

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/los-nietos-de-quienes-hicieron-la-america-hoy-buscan-hacer-la-europa-nid11062023/

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