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Lucio pide que lo adopten

Coincidiendo con aquel pensamiento que dice que nuestro mayor anhelo es que nos acepten y nos amen, el joven Lucio, de 15 años de edad, decidió encarar él mismo su campaña a favor de su propia ...

Coincidiendo con aquel pensamiento que dice que nuestro mayor anhelo es que nos acepten y nos amen, el joven Lucio, de 15 años de edad, decidió encarar él mismo su campaña a favor de su propia adopción, transitando ya últimas instancias. En tiempos de tecnologías digitales, puso manos a la obra y editó un video de un minuto y medio en TikTok (www.tiktok.com/@alejo.santander/video/7290871736969579782) con su historia y lo difundió en las redes. Frente a una cámara, Lucio cuenta cuánto le gusta estudiar y cumplir con todos los deberes, que asiste a la escuela y no falta, que va al gimnasio y le agrada practicar vóley, y también los juegos de mesa y el ajedrez. Comparte que le gusta mucho salir y convivir con sus amigos, que son su familia y a quienes no querría perder. Relata que desde los seis años pasó por tres centros de acogida y que desde hace dos años se encuentra en el hogar Miguel Magone, de la ciudad de Corrientes.

La adopción tiene por finalidad atender las necesidades de los menores tanto en lo afectivo como en lo material; no pretende destituir a la familia de sangre, sino lograr que el menor reciba lo que esta no puede darle, por los motivos que sea.

A lo largo de su periplo itinerante Lucio ha mantenido contacto con su madre, quien le repetía: “Voy a cambiar, voy a cambiar”. “Siempre me decía lo mismo mi mamá, y nunca cambió. Bueno si no vas a cambiar, ¡ya está!, va a haber otra gente que me quiera”, cuenta Lucio en su video.

El Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia Nº 4, de Corrientes, a cargo de la doctora Carolina Macarrein, se hizo eco del pedido de Lucio y lanzó una convocatoria pública. La respuesta no tardó en llegar: se presentaron 70 candidatos a eventuales adoptantes, dos de ellos del exterior del país. El proceso comienza con un informe interdisciplinario de ellos tendiente a su evaluación y selección, y culmina con la declaración de adoptabilidad. Durante esa etapa previa, la ley prevé que si el futuro adoptado tiene edad suficiente, madurez, y asistencia letrada, pueda intervenir en el proceso. Fue el caso de Lucio, quien intervino desde el primer momento, según informó la jueza Macarrein. Luego sigue una etapa de vinculación entre los elegidos y el destinatario de la adopción, que culmina con la decisión de otorgarles la guarda preadoptiva, por un período de tres meses en el caso de Lucio para, finalizado ese lapso, pasar al juicio de adopción.

Lo destacable del caso es la decisión de Lucio y su capacidad para procurarse un medio de expresión de su deseo más profundo. Su voluntad se reveló exitosa y rompe con un falso paradigma según el cual no hay interés en adoptar chicos ya mayores. Es cierto que la estadística oficial así lo indica, pero tal vez quepa plantearse si la comunicación de la necesidad es la adecuada. Lucio mostró un camino. Ojalá otros sigan sus pasos y muchos dispuestos al acto de amor de adoptar vean concretar sus sueños.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/lucio-pide-que-lo-adopten-nid02112023/

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