Generales Escuchar artículo

Mario Pergolini: “Nunca el ser humano generó tanto contenido y lo regaló tanto por vanidad”

Mario Pergolini es el referente por excelencia de aquel que ha inventado, que ha desarrollado ideas en base a tomar riesgos en los medios de comunicación. Nos ha despertado a lo nuevo. Desde su pr...

Mario Pergolini es el referente por excelencia de aquel que ha inventado, que ha desarrollado ideas en base a tomar riesgos en los medios de comunicación. Nos ha despertado a lo nuevo. Desde su programa de radio ¿Cuál es?, que se convirtió en la primera transmisión en vivo por Internet de Latinoamérica desde la Rock&Pop, hasta Vorterix, pionero como medio de streaming: siempre buscó romper con los establecido e innovar. En 1993, creó Cuatro Cabezas junto a Diego Guebel, donde la tecnología fue el diferencial para generar contenido y formatos inéditos. Dice que hoy la clave es complacer a las audiencias, entender a quiénes les estamos hablando y asegura que vamos a una automatización de medios de consumo totalmente personal. “Si hablo de trap, no le voy a hablar a gente que le gusta el rock. Cada vez estamos más segmentados”, confirma Pergolini.

–Empezaste a los 16 años en la radio, un espacio tradicional, que sigue siendo el tuyo.

–Con el tiempo me di cuenta de que lo que siempre estuve buscando estuvo relacionado con la tecnología, con innovar. No diría que soy innovador, pero sí emprendedor. Decir: “Veamos qué se puede hacer”. Soy curioso, la mayoría de las veces sin buenos resultados, pero siempre hay un par que te alientan a seguir. Creo que desde que empecé en la radio, ese camino lo mantuve hasta el día de hoy. Con aciertos, con desaciertos, también con distintas formas de mí.

–¿Cuáles son esas distintas formas? ¿Cómo eras al principio en ¿Cuál es? y cómo sos ahora en Vorterix?

–Yo era muy competitivo y competir te vuelve un poco tiburón, te vuelve bastante complicado. Hoy realmente no soy así, porque tampoco tengo la necesidad. Si hubiera seguido en el mercado del prime-time o de la radio como era antes, lo seguiría siendo. Realmente esa radio ya no existe más. El haber tomado la decisión de irme de la televisión me sacó de ahí.

–¿Qué pasó con la televisión?

–La televisión ha perdido público. Pero cuando tomé la decisión de irme, hace 12 años atrás, yo decía: “Estoy haciendo algo digital”, y me miraban con cara de: “Fuiste”.

–Esas rupturas que caracterizan tu trayectoria son a “ganar o perder”, el riesgo está ahí. Dejaste CQC en el mejor momento, cuando habían vendido la compañía (Cuatro Cabezas) por 40 millones. Fue una de las primeras compañías creada por dos personas desde cero y vos dijiste: “Me voy”...

–Fue innovadora, pero la vendimos después de casi 14 años de trabajar con un amigo de la vida. Éramos una gran pareja. No recuerdo haber tenido una discusión. Habíamos logrado todo. Cuatro Cabezas tenía oficinas en España, en Brasil, en Chile, licencia en todo el mundo.

–Había que empezar a hacer televisión de industria y no podías innovar, ya no podías jugarte.

–Ya no era mi compañía. Me pareció que era un buen momento para para pegar un cambio.

–¿Te aburrís?

–Sí, a veces me aburro. Pero lo que me pasa, más que aburrirme, es que a veces me vienen nuevas ideas y no me puedo quedar con la duda de si van a funcionar o no. He aprendido que la frustración me trae más enojo que el intento de hacerlo y que me salga mal. Aunque haya salido mal, siempre fueron pequeños pasos para llegar a otros lugares.

–¿Qué les dirías a los más jóvenes?

–Si tenés una idea para llevar adelante, no te enamores de la idea.

–¿Que sería enamorarte de la idea?

–Tenés una idea y pensás que es tu gran programa, tenés la plataforma, creés que juntás voluntades, ves que lo estás logrando, pero no triunfa, no engancha. Entonces, no es el momento.

–Y no lo querés soltar...

–La mayoría de la gente no lo suelta, muere con la idea y es un problema. No soy melancólico. Soy un poco frío.

–¿No te importa perder las cosas, la gente, los programas, las ideas?

–Todo tiene un tiempo. Tenés que entender que todo tiene un tiempo. Incluso las amistades, a veces a uno le gustaría que las amistades sean para toda la vida, pero a veces las amistades tienen sus momentos, sus tiempos.

–La primera transmisión en vivo de radio la hiciste vos. Después creaste Vorterix, pionera en el streaming. Hoy es un boom. ¿Ahora hay una nueva guerra? ¿Qué pasa con la radio y el streaming?

–Uno piensa los medios nuevos basándose en los medios viejos. Entonces, esta puede ser la evolución de la radio. De lo que no hay duda, es que es la evolución de una generación, de cómo ve los medios.

Cuando nosotros empezamos no había transmisiones de Internet. Yo no inventé la tecnología, las bases de tecnologías ya existían. Éramos un grupo de curiosos y estábamos encontrándola. Hicimos un estudio, empezamos a hacer transmisiones en paralelo, no había banda ancha para soportar más de mil personas conectadas. Decidimos armar una compañía para poder solucionar eso. Una vez que lo solucionamos, nos dimos cuenta de que les servía a nosotros y arrancamos a dar ese servicio. Llegar antes a veces es muy parecido a llegar tarde. Ahora llegó un momento en el que todos alcanzaron esa visión que teníamos hace diez años.

–¿Lo permite que la tecnología esté más al alcance de todos?

–Hoy cualquiera, a costos muy baratos, puede tener una cámara, una linda luz, una conexión grande. Podés ponerte delante y decir lo que todo el mundo dice: “Hola amigos de YouTube…”, y empezar a hacerlo pensando que te van a ver.

–¿Cuántos te van a ver?

–La gran mayoría (casi el 80%) es gente que es vista por diez, veinte o 100 personas. Luego hay gente que se va destacando. Este momento del streaming es bueno, creo que están saliendo cosas interesantes, con lenguajes propios, en plataformas que ya no necesitan estar un programa detrás del otro. Son programas que tienen algunos pecados de los viejos medios, pero crecen.

–¿Siguen buscando un número en el streaming? Y por otro lado, ¿el rating es una palabra vieja? ¿Importa el rating todavía? ¿Es verdadero?

–No sé si es verdadero, pero es cierto que el rating no importa. A los influencers sí les interesa saber cuánta gente los sigue. Todos los que nos paramos frente a una cámara, queremos tener un número. Puede ser por vanidad, por negocio, para ver si está funcionando, por aprobación, por lo que sea. Hoy la búsqueda de rating sería la búsqueda del like o de ese número de streaming.

–¿Es importante segmentar el público como lo hacían ustedes en CQC para la publicidad? Ya no les importaba tanto el rating...

–Habíamos entendido que teníamos un público y a ese público lo estaba buscando todo el mundo. Había cierto grupo de gente que nos seguía y entendimos que era otro tipo de televisión. Preferíamos decir que era inteligente, nos dimos cuenta de que las marcas buscaban ese público y que no estaban en los programas que tenían 30 puntos, los más populares.

–¿Hoy es importante la segmentación de audiencia?

–Hoy esa segmentación existe por dispositivo, por edades, por el tipo de plataforma en donde están viendo. No es lo mismo los chicos que ven Instagram, que un tipo grande que ve distintas cosas. Además, se habla diferente, ya no se grita más, se susurra. Tenemos la tecnología y la forma de hacerlo.

–La innovación es saber a quién me dirijo, no importa cuánta gente. ¿La masividad no es tan importante entonces?

–No, porque no tiene sentido más que por la vanidad. ¿De qué te sirve hablarle de física cuántica a gente que no le interesa la física cuántica? ¿Por qué hablarle de moda a todo el mundo cuando hay un grupo al que realmente le interesa la moda? Si hablo de trap, no le voy a hablar a la gente que le gusta el rock. Cada vez estamos más segmentados.

–¿Esto trae problemas?

–Está trayendo grandes problemas, porque cada uno de estos grupos se habla a sí mismo y no escucha lo que dicen los otros. Nos pasa con las noticias, con la música. Y hay muchas cosas que suceden a grandes niveles de las que ni te enterás. Se ven más la entrega de los videojuegos que los Premios Oscars. Sin embargo, te acordás más de la cachetada de Will Smith que de quién ganó el Game Awards, que lo quintuplica en rating. Te enterás de todo a lo que le digas “Me gusta”. No recibís nada que no te interese. El tema es que no tiene matices. Estoy en contra de perder matices. Hay una generación (los menores de 20 años) a la que le va a traer problemas de ansiedad. Hay que ver cómo legislar pensando en ellos, porque el hecho de que nunca termine lo que estás viendo, el apagarlo, les crea mucha ansiedad. Están viendo un mundo irreal, una parcialidad que no está hablando de nuestras vidas.

–¿Qué más estamos perdiendo?

–Estamos perdiendo otros valores, como la verdad. Cuando nosotros hacemos encuestas sobre las noticias, le preguntamos si un valor es la verdad. Nos dicen que no, que no les importa si es verdad o mentira. El mejor lugar para divulgar noticias es WhatsApp. Vos creés que tenés control sobre tus contactos y pensás que la gente que te está mandando noticias es gente que conocés. Les crees más. Y si después resulta que no es verdad... no te importa tanto.

–¿Cómo hacer para diferenciarse y empezar a ganar en los nuevos medios?

–Es muy difícil monetizarlo. Primero, porque las empresas que se encargan de distribuir los ingresos de las plataformas en donde están son bastante monopólicas, tienen el control y reparten bastante poco de esa plata. YouTube, Spotify. Un podcast no te da nada, lo ponemos por vanidad. Le estamos regalando contenido a alguien que cobra publicidad por suscripción o por publicidad y nosotros no vemos un centavo. ¿Y por qué estamos? Porque tenemos que estar ahí. No está mal. Hay una participación de esas ganancias y podés llegar a hacer buen dinero. Nunca el ser humano generó tanto contenido y lo regaló tanto por vanidad. Monetizar cada vez va a ser más difícil.

–¿Quiénes son los que llegan?

–Hay gente que tiene ángel. Hay gente que llega un poquito antes y marca el camino. Hay gente que sabe verla, que sabe encontrar. Tenemos que entender que los públicos a donde vamos ya no son generales. También es cierto que puedo poner una cámara y hablar. Hoy vas a lo que querés comunicar y a las personas a las que les interesa eso. Hoy vos sos tu marca, tenés tus propias cuentas, sos vos.

–¿A partir de la Inteligencia Artificial está en riesgo el trabajo de los humanos?

–No sé cómo va a ser recordada esta época dentro de diez años. Estamos viendo algo que va a modificar fuertemente nuestras vidas. Es la primera vez que como humanos somos hackeados. Nos es difícil comprender si estamos hablando con una máquina o no. Tengo una compañía que trabaja sobre redes neuronales de inteligencia artificial; venimos trabajando en atención al público con máquinas en Call Center, están hablando con humanos, interactuando por completo. Se corta la comunicación, la máquina le dice: le paso con mi superior, y la señora a los dos minutos le pide seguir hablando con el anterior que la entendía más. El hecho de cómo un algoritmo nos empieza a hackear nuestra parte más importante, que es hablar, entender, comprender, razonar, entender sutilezas,

–Es terrible...

–No lo vamos a poder evitar. Esto está sucediendo. Al teléfono, como lo conocemos, es probable que no exista más en cinco años. Salió un algoritmo que se llama Whisper, que logró que haya comprensión total de texto entre humanos y máquinas. Es tan buena la comunicación, que no tiene mucho sentido hacerlo mirando o escribiendo. Serán cosas de audio, vamos a tener aparatos, que se están probando, y se va a poder proyectar en mano. Va a ser más hablado.

–Si tuvieras que decir cuál es el paradigma de los medios hoy, ¿hacia dónde van?

–Vamos hacia una automatización de medios de consumo totalmente personal. Vamos a escuchar noticias personalizadas. Se viene un mundo totalmente personalizado y no sé si lo vamos a seguir llamando medios masivos de comunicación. Habrán nuevos medios.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/videos/mario-pergolini-nunca-el-ser-humano-genero-tanto-contenido-y-lo-regalo-tanto-por-vanidad-nid14112023/

Comentarios
Volver arriba