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Miguel Ángel Silvestre: su fascinación por Lali Espósito, el golpe que modificó su vida y por qué cambió Hollywood por una casa en un bosque de Valencia

“He dormido muy poco, pero me desperté con mucha ilusión. Es mi segunda vez en Buenos Aires, pero cuando vine en 2017 todavía no había conocido a Lali ... Ahora ella me ha dado varias recomen...

“He dormido muy poco, pero me desperté con mucha ilusión. Es mi segunda vez en Buenos Aires, pero cuando vine en 2017 todavía no había conocido a Lali ... Ahora ella me ha dado varias recomendaciones y estoy listo para comer el mejor asado del mundo”. Miguel Ángel Silvestre estará apenas unas horas en suelo porteño, llegó en la madrugada desde Madrid y no ha descansado suficiente, pero está dispuesto a disfrutar de su tiempo a como dé lugar. Por la tarde, será el centro de atención en la presentación de 30 Monedas, la serie de Alex de la Iglesia que acaba de estrenar su segunda temporada en HBO Max, pero los ratos que le quedarán libres antes y después del evento las dedicará a la lista de actividades que su colega argentina y coprotagonista de Sky Rojo hizo para él.

“Aprendí a vivir el momento, a pensar en hoy y no tanto en mañana”, le decía horas antes a LA NACIÓN, al reflexionar sobre la enfermedad de su padre lo llevó a replantearse su existencia. Y es que en ese punto, su carrera venía en un vertiginoso camino ascendente, que había comenzado con su rol de El Duque en Sin tetas no hay paraíso y había seguido con protagónicos en las series Velvet, Narcos y un salto internacional con Sense8, la estimulante aventura visual de las hermanas Wachowski para Netflix. “Estaba viviendo en Los Ángeles y me imaginaba una vida allí, estaba muy feliz”, explica. “Yo soy del mar Mediterráneo, que al final es un mar hermoso pero que no tiene olas, y justo mi padre se enfermó muy mal y decidí volver a España, y creo que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, admite.

-Muchos actores entienden que Hollywood es el lugar para estar si querés tener una carrera internacional... ¿No pensaste en volver?

-Es que soy muy feliz en Valencia. Me gusta viajar por trabajo, pero me gusta volver siempre a casa. Y al final terminé viviendo en el lugar donde he crecido, donde está mi madre, mis sobrinos... Me hace feliz estar allí, en la naturaleza, y es muy buena combinación para una vida muy ajetreada eso de poder volver a casita y tener ahí para cocinar, para poner el fuego, la leña. Esas cosas no las cambio por nada.

-¿Es cierto que vivís en medio de un bosque, en una casa autosustentable?

-Sí, y allí empecé a descubrir la belleza de estar más conectado con la naturaleza. Es curioso el tema del “sistema” y las “luces del sistema” y la “velocidad del sistema” hacen que nos desconectemos de la naturaleza, pero luego siempre tienes como esos días donde ves un atardecer y dices “qué bien me siento”, o te das un paseo por el bosque o trabajas con las manos la tierra. Creo que hay algo ancestral en nosotros que encuentra el verdadero placer y sentido de la vida en algo tan sencillo como eso, y creo que el sistema nos asfixia un poco y hace que nos ahoguemos, nos hace creer que la vida no tiene sentido si no tenemos muchas posesiones, pero la verdad de todo es un cuento contado. Limpiar la casa, lavar los platos, cocinar, trabajar la tierra si se puede... Creo que en esa rutina diaria está el verdadero placer, a pesar de que se trate de algo que no hace tanto ruido.

-¿Sentiste que tenías que parar, de algún modo?

-Bueno, cuando mi padre enfermó y vi que era una muerta anunciada, me resultó inevitable cuestionarme muchas cosas que tienen que ver con “qué pasaría si yo me fuera ahora”... Y es verdad que muchas veces es que vamos persiguiendo la bolita de queso como si fuéramos un ratón y no nos damos cuenta que no estamos aquí, que no tenemos momentos para nosotros, esos en los que dices “guau, qué a gusto estoy aquí, ¿no?”. Entonces sí tuve muy claro que quería volver a casa y que quería disfrutar más. Antes, casi todo lo hacía y lo pensaba en base a mi profesión: tenía tres meses de vacaciones, pues me iba a estudiar a Londres o a Nueva York... Y de repente dije “joder, qué pasa si tienes tres meses de vacaciones y te vas a recorrer la costa italiana y a descubrir por qué el café en Nápoles es más rico que en otros lugares y por qué la burrata es más rica si te la tomas fresca”.

-Estabas enfocado en una carrera como tenista hasta que una lesión te sacó de los courts y te llevó a tomar clases de teatro. ¿Te imaginás cómo hubiera sido tu vida si hubieses continuado con el deporte?

-Muchas veces lo pienso... Me gusta mucho el tenis y admiro mucho a los deportistas, me gusta observarles, pero estaba claro que no era para mí. Yo no tenía el talento como para ser Nadal o Alcaraz; ellos tienen un don, saben frenar, van a 300 kilómetros por hora y van serenos, son capaces de no consumir más oxígeno del que toca... Eso es un don, un talento para llegar a una técnica pero luego hay cuatro dotados que son iluminados para eso, como en el caso de Messi.

Sueños, miedos y fantasías

Luego de cumplir su sueño de trabajar con Pedro Almodóvar en Los amantes pasajeros, de 2013, Silvestre vio otro de sus deseos hacerse realidad cuando fue convocado por Alex de la Iglesia para protagonizar una serie para HBO. 30 monedas tiene todos los condimentos de la obra del director español: religión, fenómenos sobrenaturales, personas “comunes” que esconden oscuros secretos, toques de gore y un humor que bordea lo bizarro.

“Es uno de nuestros cinco mejores directores que tenemos en España”, afirma. “Su forma de hacer terror con esos toques de humor es un sello muy auténtico de él, con esos personajes muy auténticos de los pueblos de España. Siempre había querido trabajar con él y cuando leí el guion, el personaje y la historia tenían mucha fuerza, y saber que la producción iba a estar apoyada por HBO... Porque cuando lees los guiones de 30 monedas dices, vale, muy bien, pero necesitas mucho dinero detrás para poder hacer todo esto”, explica con una sonrisa.

-¿Qué pasará en estos nuevos episodios con tu personaje, Paco, el intendente de este pueblo en el que se libra una batalla entre el bien y el mal?

-En la primera temporada, Paco puso a prueba su supervivencia mientras intentaba entender lo que estaba pasando desde que de una vaca nace un bebé que, en días, se convierte en un monstruo gigante que va destruyendo cosas a su paso. En estos nuevos episodios, él y Elena (Megan Montaner) ya saben perfectamente lo que está pasando, ya sabe qué significan en el mundo las 30 monedas con las que pagaron a Judas para traicionar a Jesucristo, qué poderes tienen y lo que tiene que hacer es intentar velar por sus vidas.

-¿En qué pensás cuando elegís un papel?

-Hay algunos proyectos, como estos, que no generan dudas, a los que uno no puede decir que no. El problema es cuando aparecen proyectos que te gustan pero en los que aparece algo que no termina de cerrar. Esas decisiones me generan mucho estrés, porque creo que las carreras se sostienen en base a las decisiones que uno toma. Es un poco así y me dejo aconsejar mucho por mi equipo. Es difícil porque uno suele escoger de acuerdo a lo que está viviendo, a lo que siente, y muchas veces he dejado pasar grandes proyectos porque no era mi momento, ¿sabes? Y porque no estaba lo suficiente sensible como para escuchar a gente que me rodea y que tiene mucho talento diciendo: “No, no, esto tienes que hacerlo”.

-¿Y cómo te imaginás en el futuro, de acá a 10 años, por ejemplo?

-Mmm, me gustaría verme en la naturaleza y trabajando de vez en cuando, porque me estimula mucho el trabajo creativo. Ojalá sí me sienta desprendido de la presión de que el trabajo funcione o no, que es un poco lo que nos pasa a todos los actores. Siempre está la preocupación de que el que tomas sea el último trabajo, realmente.

Efecto Lali

“Me voy a dejar llevar por Lali, que me dijo: ‘Déjame que te enseñe a cuatro o cinco cositas que creo que te pueden gustar’”, dice Silvestre sobre sus planes en Buenos Aires. Luego de conocerse en el set de Sky Rojo, el actor español y la actriz y cantante argentina forjaron una amistad que se fortalece en cada visita, de un lado y del otro del Atlántico.

“Me encanta la personalidad de las mujeres argentinas, la otra vez cuando vine ya lo dije y llevo una vida diciéndolo. Hay muchos argentinos en España y las mujeres argentinas tienen una personalidad, una fuerza... Siempre he pensado que son, sin duda, referentes por su fortaleza, su carácter y su forma de pisar fuerte en la vida”, remarca. “Y conocer a Lali de cerca, en todo este periplo que hemos vivido en España con Sky Rojo, ver lo que significa, lo que genera cuando habla y cómo impacta en otras mujeres como mi sobrina o como mi madre... Compartimos una entrevista en el programa televisivo El hormiguero y la cantidad de mensajes que recibí admirados por la claridad que Lali tiene en sus conceptos... Es alucinante. ”.

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-¿Qué es lo que te resulta tan fascinante de ella?

-Es una mujer coherente, sensible, con una feminidad muy bonita y bien colocada.

-Hace un tiempo contaste que iniciaste un proceso de deconstrucción, inclusive tomando algunos cursos...

-En parte, estar cerca de Lali me llevó hacia ese camino. Ella es una gran referente y sostiene un feminismo hermosamente colocado, con un amor, una sensibilidad y escucha para la vida... Me gustaba mucho escucharla hablar y hacerle preguntas, porque creo que hay que quitarse de encima muchas cosas adquiridas, que traemos del lugar de donde venimos. Hay que ponerse manos a la obra y estudiar de cerca qué partes de eso que traemos como regla tenemos que dejar atrás.

Los dos primeros episodios de la segunda temporada de 30 monedas ya se encuentran disponibles en HBO Max, y cada lunes se estrena un nuevo episodio.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/miguel-angel-silvestre-su-fascinacion-por-lali-esposito-el-golpe-que-modifico-su-vida-y-por-que-nid05112023/

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