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Milei crece y sus activistas “doxxean” a quienes lo critican

No se le hace justicia a Carlos Menem cuando se lo pone en la misma fila de los outsiders junto a Javier Milei. Al riojano le llevó mucho tiempo y sinsabores (cárcel incluida) llegar a ser dos ve...

No se le hace justicia a Carlos Menem cuando se lo pone en la misma fila de los outsiders junto a Javier Milei. Al riojano le llevó mucho tiempo y sinsabores (cárcel incluida) llegar a ser dos veces presidente de la Nación. Tuvo, del principio al fin de su vida, una carrera eminentemente política, en la que se fogueó en cargos ejecutivos. Solo cuando se hizo conocido comenzó a entremezclarse con la farándula artística y deportiva para entretenerse. El caso del líder libertario es exactamente al revés: trasciende desde aquel ámbito y de allí saltó a la política, pero con una carrera meteórica hacia la presidencia, sin haber pasado antes por ningún cargo ejecutivo. Solo es diputado desde 2021.

No pudo ser más preciso el propio Milei al definir quién es ante el polémico comentarista norteamericano Tucker Carlson, que viajó a la Argentina para entrevistarlo: “He sido jugador de fútbol al mismo tiempo que cantante de rock y economista. Es una combinación atractiva en términos de producto televisivo”. Bien lo saben los productores de la TV, fascinados por su tupida cabellera enmarañada y sus accesos reales y/o actuados de ira, que tanta repercusión generan.

Pero una cosa es tener rating y otra, obtener votos. Para buena parte de los teóricos de la comunicación resultan materias incompatibles. El fenómeno Milei sería una excepción: rinde del mismo modo en el campo mediático que en el electoral, con una fabulosa repercusión en las redes sociales, donde todo lo que tiene que ver con el referente anarcocapitalista se viraliza exponencialmente.

Aunque ya lo dice el dicho muy sabiamente –”el pez por la boca muere”–, los principales políticos argentinos no tienen empacho en pronunciar inconveniencias que con los años se convierten en desgraciados bumeranes incendiarios. La huella que va quedando en el tiempo en sus redes sociales y en videos de viejos discursos y entrevistas suelen dejarlos muy mal parados cuando se los exhuma más adelante. Sin ir más lejos, la jueza de Nueva York, Loretta Preska, tomó recientemente como fundamento principal de su fallo adverso por la expropiación de YPF unas desafiantes declaraciones de Axel Kicillof.

En los últimos años, los archivos de los medios regurgitan frases de políticos que desentonan con el presente que transitan. Personajes preferidos son Sergio Massa –su “hit” es “Voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora”– y, especialmente, el presidente Alberto Fernández (imposible elegir uno solo, ya que se podría decir que es una contradicción andante).

Ahora quien últimamente viene sufriendo la revisión de sus dichos del pasado es Milei. Ya hace un tiempo empezó en los medios y en las redes sociales un festival de sus muchas incorrecciones e insultos, que, al recuperar actualidad, refrescan la memoria de quienes lo votaron (o piensan hacerlo) con el fin de hacerlos reflexionar sobre si es la persona más adecuada para manejar el país.

Milei viene quejándose de que no es jugar limpio reflotar constantemente momentos estridentes de su pasado, de algunos de los cuales, incluso, asegura haberse arrepentido. Afirma que es de una etapa superada –cuando era tan solo un polémico panelista televisivo– y que desde que es político ya no insulta más (aunque sigue usando, entre otros improperios, “basura” y “excremento humano” con asiduidad cuando se ofusca si alguien de la vereda de enfrente de su ideología lo contradice).

El líder libertario abona (al menos en lo que a él se refiere) la amnistía hacia sus opiniones polémicas del pasado que hace un tiempo también reivindicó Cristina Kirchner (“aprendí que en política los agravios prescriben a los seis meses”, dijo). Pero que el dirigente más votado en las PASO pretenda borrón y cuenta nueva para sus exabruptos anteriores no quiere decir que eso corra para su adversaria Patricia Bullrich. “Tiró bombas en los setenta”, aseguró sobre episodios sucedidos supuestamente hace medio siglo.

Otro contraste peculiar es que mientras que Milei denuncia a Juntos por el Cambio con mayor vehemencia y frecuencia que a Unión por la Patria, porque, según él, no juegan limpio –”son los más sucios de la política”, llegó a decir–, ha empezado a circular un verbo raro que se les imputa a sus activistas libertarios en las redes sociales: “doxxear”. Suena a boxear, aunque, a diferencia del pugilato profesional, aquí no hay ninguna regla y todo está permitido si de hacer daño se trata. Según la definición de Wikipedia consiste en “el acto de revelar intencional y públicamente información personal sobre un individuo u organización, generalmente a través de internet”. Militantes virtuales libertarios vengan a su jefe al hostigar en las redes a quienes lo critican mediante la publicación de su información sensible. Inquietante.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/milei-crece-y-sus-activistas-doxxean-a-quienes-lo-critican-nid17092023/

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