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No-doble bogey 13: parece un código de seguridad, pero fue la pesadilla de un profesional del PGA Tour en el final de su recorrido

Anuncian buen clima para el fin de semana y usted, golfista amateur apasionado, organiza una salida con sus amigos en la cancha habitual. Para sacarse un poco el malhumor de los últimos días, ree...

Anuncian buen clima para el fin de semana y usted, golfista amateur apasionado, organiza una salida con sus amigos en la cancha habitual. Para sacarse un poco el malhumor de los últimos días, reencontrarse con viejos compañeros del colegio o de las vacaciones y disfrutar del deporte al aire libre. Y recordar con buenas anécdotas un momento de esparcimiento en el club house, después de cuatro horas de juego. Pero de pronto, aparece ese hoyo fatídico, que suele tener agua en su recorrido, que le estropea la vuelta, el fin de semana y lo dejará de peor humor que como arrancó. No lo puede concebir. “¿En serio hiciste 13 en el par 4 del 9? ¿Qué te pasó, te agarró un tsunami?”, le podrían preguntar algunos de sus amigos que jugaban un hoyo adelante.

El relato, ficticio (pero a veces no tanto), puede encontrar un atenuante: ser golfista aficionado, jugador de fin de semana, puede llegar a ocasionar una pesadilla semejante. “Si se equivocan los profesionales, que practican todos los días, ¿por qué no me voy a equivocar yo?”, suele ser un buen mensaje terapéutico que uno se envía a sí mismo. Para encontrar algo de conformidad. Ahora, ¿puede darse una catástrofe deportiva de esa magnitud en un torneo profesional? ¿Puede ocurrirle a un jugador que está entre los mejores 200 del PGA Tour, el circuito más importante del mundo? ¿Puede sucederle a un profesional que hace poco más de dos meses llegó a liderar el certamen The Players, el que es famoso por su isla en el par 3 del hoyo 17? Quédese tranquilo: les pasa.

De hecho, le sucedió al estadounidense Chad Ramey, en The Memorial, el torneo más relevante de la semana del PGA Tour, en la primera jornada. La cancha del Muirfield Village Golf Club, en Dublin, Ohio, que tiene en acción a grandes figuras del circuito, como Jon Rahm, Jordan Spieth y Rory McIlroy, incluido el argentino Emiliano Grillo, que viene de ganar en desempate el Charles Schwab Challenge.

¿Quién es Ramey? Oriundo de Fulham, Mississippi, tiene 30 años, es profesional desde 2014, está 119° en el FedEx y 190° en el ranking mundial. Cuenta con una victoria en el Tour: fue en el Corales Punta Cana, por la temporada 2021-22. Participó en 53 torneos y superó 23 cortes clasificatorios. Registra dos actuaciones entre los mejores 5 y tres entre los top 10.

Aquella vez en The Players para Ramey

Como se señaló, a principios de marzo amagó con dar un golpe de efecto en su carrera en la jornada de apertura de The Players, considerado el quinto Major: arrancó a todas luces con un score de 64 golpes que lo envalentonó. Ello porque, vale recordar, The Players es uno de los torneos que le solucionan la vida profesional a cualquier jugador. Primero, porque entrega 4 millones y medio de dólares al campeón y la invitación para los cuatro Majors de la temporada. Y además, porque otorga una exención en el PGA Tour hasta 2028 inclusive (un colchón invalorable para jugar con menos presiones) y 600 puntos para la FedExCup, entre otros beneficios. Bueno, Ramey hizo ruido en ese certamen, aunque no lo terminara ganando. Es más, tuvo como un anticipo de lo que vendría meses más tarde. ¿Dónde? En el par 3 del 17, claro, cuando envió dos veces la pelota al agua durante la segunda vuelta: pique en el green y la bola que no se detiene hasta caer por detrás.

Luego de terminar 12° la semana pasada en el Charles Schwab, Chad Ramey quería apuntalar su nivel en The Memorial Tournament. Aunque las cosas no comenzaron bien para él. Arrancó por el 18 y en los primeros hoyos terminó +5, producto de tres bogeys y un doble bogey. Luego sumó dos bogeys más y un par de birdies. Cerró con 41 (+5) la ida, un trayecto en el que sólo mantuvo el par en el hoyo 11. La tenía complicada ya.

El recorrido de vuelta fue un poco más estabilizado: bogeys en el 1 y en el 8. Así, encaró el par 4 del hoyo 9, de 401 yardas, con un score de +7. Sellar un 79 no era lo esperado para él, pero mucho menos lo fue lo que terminó pasando. Pegó 293 yardas la salida y de ahí avizoraba un approach nada completo. Pensando en terminar todo rápido, analizar la vuelta con su caddie, reflexionar dónde estuvieron los errores y apuntarle de lleno a la segunda jornada. Nunca imaginó lo que sobrevendría.

Segundo golpe, de unas 102 yardas: terminó corto y a la derecha. Al agua.

Cuarto golpe (suma uno de penalidad), desde la zona de dropeo: envío de unas 36 yardas. Segunda pelota al agua.

Sexto golpe, nuevamente desde la zona de dropeo: recorrió 38 yardas. Tercera pelota al agua.

Octavo golpe (ya van tres de penalidad), desde el mismo lugar: unas 38 yardas y... sí: cuarta pelota al agua. Los laguneros del Village Club no lo podían creer: habría bastante para sacar el próximo lunes.

Décimo golpe: Ramey, harto de tirar pelotas al agua, apuesta por lo más seguro. Entonces, se pasa unos 10 metros de la bandera. Pelota sobre el green. ¡Por fin!

Undécimo golpe, primer putt: la distancia es larga, mide la caída y pega con el putter. Se pasa dos metros.

Duodécimo golpe: Son momentos en los que al jugador ya todo le da lo mismo. No revolea el putter por una cuestión de ética profesional. Ramey ejecuta el segundo putt y no la emboca.

Decimotercer golpe: finalmente, Ramey termina el hoyo y su recorrido. Sella un score de +13. No-doble bogey 13 es la denominación que nadie pronunciar.

De esa manera, Ramey presentó su tarjeta de 88 golpes (+16), con parciales de 41-47 y pasa a ser uno de los ejes del día. Casi minimizando la contrariedad de su compatriota Billy Horschell, defensor del título, que no arrancó mucho mejor: hizo 84 y terminó quebrándose en plena entrevista. No podía comprender lo que le había pasado en un torneo en el que doce meses atrás terminó envuelto en felicidad. Fueron seis bogeys y tres doble bogeys para Horschel, con parciales de 41-43. Hablamos del 35° del mundo y que registra 7 victorias en el PGA Tour. Pero claro, sus lágrimas de impotencia parecen poca cosa al lado de lo vivido por Ramey.

La emoción de Horschel

Credit to an emotional Billy Horschel for taking questions after an opening 84.

We usually hear from the guys near the top of the leaderboard — this is a good reminder how demoralizing the bottom can feel. pic.twitter.com/mHhuZLljz3

— Dylan Dethier (@dylan_dethier) June 2, 2023

Emiliano Grillo, mientras tanto, finalizó con 71 golpes (-1), producto de tres birdies y dos bogeys, para ocupar el 25° puesto tras la jornada de apertura.

En total, ocho jugadores de este grupo de elite de 120 hicieron 80 golpes o más. Y aunque la ronda de Ramey fue la más alta del día, eso sólo se debió a que Dylan Frittelli se retiró con 15 sobre par en el hoyo 15, alegando enfermedad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/golf/no-doble-bogey-13-parece-un-codigo-de-seguridad-pero-fue-la-pesadilla-de-un-profesional-del-pga-tour-nid02062023/

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