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Premios Nobel: impresionantes hazañas

La Real Academia Sueca ha vuelto a estar en el centro de las miradas como cada año en esta época por los premios Nobel concedidos en el ámbito de la ciencia.El primer anuncio correspondi...

La Real Academia Sueca ha vuelto a estar en el centro de las miradas como cada año en esta época por los premios Nobel concedidos en el ámbito de la ciencia.

El primer anuncio correspondió al Nobel de Medicina y Fisiología, que distinguió a la húngara Katalin Karikó y al estadounidense Drew Weissman, pioneros en el desarrollo de la vacuna contra el Covid a partir de la identificación de una modificación química del ARNm (ácido ribonucleico mensajero).

La lenta y metódica investigación que venían llevando adelante había sido particularmente frustrante por la indiferencia y la falta de recursos. Karikó, que es la decimotercera mujer en ganar el premio, optó por no rendirse. Su historia de vida es impactante. Proveniente de un hogar humilde bajo el dominio soviético y sin fondos, su impulso de superación la llevó a vender su auto para llegar a Estados Unidos en busca de recursos para sus investigaciones, convencida de que un ARNm que muchos de sus pares definían como clínicamente inutilizable abriría la puerta a revolucionarias innovaciones. El dinero ahorrado viajó dentro del oso de peluche de su pequeña hija. Luego emigraría a Alemania.

En 1998, en la fotocopiadora de la Universidad de Pensilvania conoció a Weissman, quien trabajaba en una vacuna contra el VIH. Compartían un problema: el sistema inmunitario interpreta que el ARNm es un patógeno invasor y lo ataca. Descubrieron que bastaba una modificación química para que las células protegieran su propio ARNm, siendo absorbido por las células sin activar una respuesta inmunitaria. El descubrimiento funcionó. El trabajo publicado en 2005 fue rechazado por revistas como Nature y Science pero Moderna (EE.UU) y BioNTech (Alemania) –hoy presidida por Karikó– se abocaron a aplicarlo en el desarrollo de vacunas para la gripe y el citomegalovirus, entre otras enfermedades. Ante la aparición de la pandemia de Covid, todo lo realizado sirvió para que, en menos de un año, la humanidad pudiera contar con potentes vacunas que evitaron decenas de millones de muertes.

Karikó quiere volver al punto en el que estaba cuando llegó el Covid y retomar su hoja de ruta. Gracias a los avances en plataformas genéticas, se sigue trabajando contra la gripe, la malaria y el VIH, y también en terapias y vacunas personalizadas contra el cáncer, la insuficiencia cardíaca y enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer, pronosticando que en muchos casos serán de bajo costo y con pocos efectos secundarios. Sonríe al recordar que cada octubre su madre le decía que escucharía la radio pues a lo mejor le daban el Nobel, mientras ella lamentaba que no le dieran ni tan siquiera una beca.

El Premio Nobel de Física fue para el francés Pierre Agostini, el austrohúngaro Ferenc Krausz y la francosueca Anne L’Huillier por su desarrollo de “métodos experimentales que generan pulsos de luz de attosegundos –una milmillonésima de milmillonésima de segundo– para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia”.

Mediante experimentos con destellos de luz pudieron detectar como en cámara lenta el derrotero de los electrones, abriendo las puertas a nuevas aplicaciones, entre otras ramas, en electrónica y en medicina, dando por ejemplo mayor exactitud a un diagnóstico médico. En cualquier proceso químico o biológico, los movimientos pueden ser vertiginosos y apenas fugaces y los cambios imperceptibles y difíciles de capturar. Las escalas de tiempo de los electrones son sorprendentemente breves y los desarrollos galardonados abren nuevos campos de investigación.

Tras confusos anuncios, se confirmó que el Nobel de Química fue concedido al francés Moungi Bawendi, al estadounidense Louis Brus y al ruso Alexei Ekimov por descubrir y sintetizar los puntos cuánticos, nanocristales diminutos de interesantes propiedades. Su impacto real en la vida de las personas se da en campos tan diversos como la tecnología, la detección del cáncer y la biofísica.

Estos tres premios demuestran extraordinarios desarrollos que muchas veces el gran público no llega a comprender, pero cuyos avances impactan cada vez más sobre nuestra cotidianeidad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/premios-nobel-impresionantes-hazanas-nid07102023/

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