Desactivar focos de tensión. Ese es el objetivo de River en las horas previas a la final anticipada con Fluminense en la Copa Libertadores. Lo que se preveía que podía lograr el sábado con un triunfo ante Defensa y Justicia terminó totalmente marginado a un segundo plano por una triste jornada que solo dejó dolor por la muerte de Pablo Marcelo Serrano, el hincha que cayó desde la tribuna Sívori Alta. A tan solo dos días del cruce decisivo, Demichelis y su cuerpo técnico tendrán un importante trabajo mental y anímico para enfocarse exclusivamente en lo deportivo y minimizar el margen de error de un equipo que no llega en alza. Se acerca un partido que puede definir el futuro del año.

Son horas afligidas para el mundo River mientras se prepara y se empieza a poner la cabeza en el cruce con Fluminense. Por un lado, el club decretó para el domingo un día de duelo, con la bandera a media asta y las actividades se vieron reducidas a lo mínimo e indispensable. Por el otro, el plantel se entrenó por la mañana en Ezeiza en la primera de las cuatro prácticas que tendrá para preparar el juego con Fluminense, después del trágico hecho que obligó a la suspensión del partido con Defensa a los 26 minutos del primer tiempo. Este lunes volverá a trabajar por la mañana, con la necesidad de cambiar el chip.

Mientras se acerca el duelo copero, la investigación por la muerte del socio de 53 años sigue su camino. Ayer se conoció el primer resultado de la autopsia que le realizaron a Serrano: los médicos forenses revelaron que murió en el acto producto de un “politraumatismo con fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica”. El lunes se le realizaría el peritaje toxicológico, otro punto importante en la causa que se inició el sábado, está a cargo de la fiscal Celsa Ramírez y tiene como carátula “averiguación de suicido”. Por eso, tanto el club como el Comité de Seguridad en el Fútbol firmaron un comunicado en el que se habló de un “salto al vacío sin intervención de terceros”, de acuerdo con lo observado en los videos.

Desde el sábado, River se puso a disposición de la justicia, entregó el material fílmico del sistema de seguridad del club y acompañó a Mía Serrano, la hija de Pablo, y a sus familiares con el presidente Jorge Brito y la cúpula dirigencial a la cabeza. De acuerdo a lo que pudo saber LA NACION, en Núñez creen que en el transcurso del lunes se levantará la clausura de la tribuna y el estadio quedará totalmente habilitado para el compromiso copero del miércoles ya que fue solamente una decisión preventiva para recabar y preservar pruebas para la causa. De esta manera, River tendría la capacidad completa del Monumental que, además, estrenará la nueva Belgrano baja inferior, la última platea que faltaba presentar de las cuatro nuevas que se construyeron.

Simultáneamente, mientras en los pasillos del club todavía se respira un aire difícil, Demichelis trabaja para preparar el partido más crudo desde que es entrenador millonario: necesita sumar los tres puntos contra Fluminense para seguir dependiendo de sí mismo en el Grupo D de la Copa Libertadores. Un empate o una derrota hasta podrían dejarlo eliminado con una fecha de anticipación, un escenario que sería realmente duro desde lo deportivo y económico para la institución.

De cara al miércoles, el DT recibió dos noticias positivas este domingo: tanto Emanuel Mammana (sinovitis en la rodilla izquierda) como Paulo Díaz (artralgia en el tobillo derecho) se entrenaron con normalidad y podrían ser convocados para jugar contra los brasileños. De esta manera, Mammana volvería a ser tenido en cuenta luego de una larga ausencia de cinco partidos y Díaz regresaría tras ausentarse ante Vélez y Defensa y Justicia, para tener más variantes en una defensa que había quedado debilitada.

La decisión del técnico para jugar contra Defensa y Justicia había sido clara: puso mayoría de titulares en busca de un triunfo que le permitiera sostener la distancia en la cima con Talleres y San Lorenzo, sus perseguidores en la Liga, y un golpe de efecto positivo para renovar las energías antes de enfrentarse a Fluminense. Así, Lucas Beltrán volvió al once titular y sólo Milton Casco e Ignacio Fernández no formaron parte de una formación que ya se perfila para jugar entre semana.

Sin posibilidad de sacar conclusiones futbolísticas en una jornada triste, River sabe que necesita recuperar niveles individuales, afinar la puntería en el área rival y solidificar su bloque defensivo para volver a transmitir la confianza y la seguridad plena, como en los primeros meses del año. De los últimos siete partidos, ganó dos, empató tres y perdió dos con nueve goles a favor y once en contra. Solamente ante Boca (1-0) pudo mantener la valla invicta. Y en un momento en el que empiezan a florecer inquietudes, se encuentra con la fecha más importante de su calendario tras un fin de semana de dolor. En este contexto extraño de tensión, Demichelis deberá apelar a la mentalidad competitiva de un equipo que necesita ganar o ganar.