En el intento por superar los desafíos en la búsqueda de empleo y tener acceso a oportunidades económicas en Estados Unidos, algunos extranjeros recurren a la usurpación de identidad. Aunque es una práctica ilegal y difícil de mantener a lo largo del tiempo, un hombre de origen mexicano pudo aprovecharse por varias décadas para cobrar miles de dólares en beneficios sociales, pero ahora verá las consecuencias y tendrá que devolver lo que ganó de manera ilegal.

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La historia del impostor quedó al descubierto cuando fue detenido el 5 de agosto de 2022 mientras intentaba entrar a EE.UU. desde México a través del paso fronterizo de Otay Mesa, en San Diego, California, en compañía de otras tres personas sin estatus legal. Fue acusado con el nombre del ciudadano estadounidense cuya identidad robó y una investigación posterior reveló la realidad, de acuerdo con The Sacramento Bee.

El hombre, cuyo nombre real resultó ser Abel Alonso Valdez-Vazquez, era originario de Tijuana y tenía 59 años al momento de su detención. Los documentos judiciales evidenciaron que desde diciembre de 1992 comenzó a identificarse con los datos de un ciudadano estadounidense referido solo por las siglas de “G.P.”, por lo que casi la mitad de su vida la pasó bajo la sombra de otra persona y pudo cobrar prestaciones del Seguro Social, así como obtener un permiso de conducir de California.

“El robo de identidades tiene efectos que pueden tardar años y resultan costosos de resolver”, sentenció el agente especial a cargo de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) en San Diego, Chad Plantz en un informe del caso divulgado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), donde se comprometen a investigar y ayudar a todas las víctimas.

Se calcula que solo en los períodos comprendidos entre los años 2007 a 2017 y de 2019 a 2021, el hombre logró apropiarse de al menos US$81.185 en apoyos del Seguro de Ingreso Suplementario destinados a la otra persona. Ahora tendrá que restituirlos: “Como ciudadano mexicano sin estatus legal en Estados Unidos, nunca fue elegible para recibir ningún beneficio del gobierno, por lo tanto, todo lo que se le pagó fue dinero robado”, determinó la sentencia emitida por el Departamento de Justicia.

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“Este acusado llevó a cabo esta farsa durante más de 30 años, y tuvo muchas víctimas: desde el hombre cuya identidad fue robada, hasta los tribunales, el gobierno estatal y federal, y la Oficina del Seguro Social”, declaró el fiscal federal Andrew R. Haden en un comunicado de la Fiscalía del Distrito Sur de California, a cargo del procesamiento del caso.

“Esperamos que este caso envíe un mensaje a quienes cometen fraude y robo de identidad: No importa cuánto tiempo nos lleve, serán descubiertos, y habrá consecuencias por sus delitos”, refirió Haden al tiempo que señaló que además de la obligación de devolver el dinero obtenido, el mexicano también deberá cumplir una condena de 18 meses en una prisión federal antes de ser deportado.