Generales Escuchar artículo

Sin audacia no hay futuro

Los trágicos resultados de las Pruebas Aprender 2022, que han sido muy poco comentados y debatidos, no hacen más que confirmar con datos precisos y evidencia, la urgencia con la que debemos abord...

Los trágicos resultados de las Pruebas Aprender 2022, que han sido muy poco comentados y debatidos, no hacen más que confirmar con datos precisos y evidencia, la urgencia con la que debemos abordar las políticas educativas de la Argentina, en particular para los estudiantes más vulnerables, que se están quedando sin futuro.

A pesar del desinterés del gobierno en mejorar la educación, con el daño irreparable que han hecho prologando el cierre de escuelas durante años y su cinismo al criticar a la administración Macri mientras llevan adelante el ajuste al presupuesto educativo más grande desde que volvió la democracia, se debe reconocer que han continuado con las Pruebas Aprender, lo cual es sumamente importante para definir políticas y no mentirnos sobre la situación educativa.

La educación está en crisis y es momento de ocuparse. Tras tres años de gestión los resultados están a la vista: los indicadores que evalúan a los estudiantes secundarios de todo el país cayeron notoriamente respecto de 2019. El 52,1% no alcanzan el nivel básico de Matemática; el 23,3% no lo logra en Lengua. Entre los sectores más vulnerables, esa cifra aumenta al 69,7% en Matemática y 33,8% en Lengua.

Ante este escenario, las elecciones son una gran oportunidad para que los niveles de aprendizajes cobren un lugar central en el debate de las propuestas. Desde Juntos por el Cambio creemos que la educación es una política de estado que todos tenemos que priorizar. Por eso, venimos trabajando desde hace años para que la educación ocupe centralidad en nuestras propuestas y en nuestros gobiernos, como sucedió desde 2015 a 2019, y se sigue dando en distritos como Mendoza y Ciudad de Buenos Aires.

Tenemos que animarnos a innovar, a probar nuevos arreglos institucionales, nuevas formas de enseñar y aprender, enfocados en hacer que el Estado funcione, que tenga capacidad de llevar adelante lo que se propone. Es fundamental lo que enseñamos, los contenidos curriculares modernos, vinculados al mundo en el que vivimos, que no haya adoctrinamiento. Pero no es suficiente, tenemos que alcanzar lo que el Estado y las escuelas no están logrando, que esto llegue a los estudiantes de forma probada.

Es decir, requerimos de mucha audacia, equipos comprometidos y con profunda vocación de servicio, enfocados en los resultados de los estudiantes, que vean la educación como una política de estado. Y no como han hecho los gremios en los últimos años, que se han consolidado como un grupo de activistas dentro del kirchnerismo, fomentando los paros y las interrupciones de clases, sin importar el daño en los alumnos y sus familias.

Y por supuesto, tener planes concretos, enfocados, aprendiendo de los errores, de experiencias exitosas en las provincias y en otros lugares del mundo, con detalles y presupuestos para las implementaciones. Planes que abarcan desde una renovada carrera docente, a reformas en la formación profesional, pasando por una secundaria moderna, que ataque el descontrolado drama de la deserción escolar, y que fomente a todos los jóvenes a continuar con sus estudios de educación superior.

La escuela tiene que volver a ser la protagonista, con mucha más autonomía, con mayor conexión con las familias, con mayor independencia de los organismos centrales, donde los directores y docentes se consoliden como equipos de gestión. Pero con evaluaciones sistemáticas para mostrar resultados, que sean conocidos por toda la sociedad, y especialmente por los padres.

¡Volvamos a soñar! Queremos que todos los jóvenes argentinos tengan la oportunidad de terminar la educación superior, es lo que uno querría para sus hijos, en este mundo tan competitivo y dinámico en el que vivimos. No nivelemos más para abajo, no tengamos miedo a la exigencia, al mérito, al esfuerzo. La verborragia populista ha tratado de destruir esos valores tan argentinos, pero las familias siguieron creyendo y lo han demostrado involucrándose cada vez más en el debate, en la apertura y mejora de las escuelas.

Es urgente y necesario poner a la educación en la agenda electoral. Avanzar en el logro de los aprendizajes fundamentales de todos los estudiantes tiene que dejar de ser una tarea pendiente en la Argentina. La educación nos necesita y la construcción del futuro de los chicos es ahora. ¡Seamos audaces!

Exdirector general de Educación de la provincia de Buenos Aires

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/sin-audacia-no-hay-futuro-nid04072023/

Comentarios
Volver arriba