Rodrigo Eguillor, el hijo de una fiscal de Lomas de Zamora que se hizo conocido con el apodo de El Cheto de Banfield y que estaba acusado de abuso sexual con acceso carnal y privación ilegítima de la libertad, coacción y lesiones agravadas, sufre un trastorno psicótico y de la personalidad crónicos que le impiden enfrentar un proceso penal. En consecuencia, el tribunal a cargo del juicio al que debía ser sometido lo sobreseyó por incapacidad. La resolución no está firme y puede ser apelada por la querella.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. La decisión fue tomada por el juez Alejandro Noceti Achaval, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N°10, tras recibir un informe elaborado por una junta médica que analizó el estado de salud del joven, que cumple prisión domiciliaria.

“No se trató de una declaración de inimputabilidad. La junta médica, de la que participaron psicólogos y psiquiatras del Cuerpo Médico Forense (CMF) y del Ministerio Público Fiscal y un perito de la defensa, determinó que no puede afrontar un proceso penal porque sufre un trastorno psicótico crónico y un trastorno de la personalidad crónico como consecuencia del abuso de sustancias desde la adolescencia, y que necesita un tratamiento psiquiátrico y psicológico de por vida”, explicaron las fuentes consultadas.

En diciembre de 2018, Eguillor, que ahora tiene 29 años, había sido detenido tras la denuncia de una joven que dijo haber sido atacada por el muchacho en un departamento de San Telmo.

Según el abogado de la víctima, Fernando Burlando, una de las pruebas que aportó la querella fue el estudio médico en el que se habrían expuesto las lesiones sufridas por la joven, que serían compatibles con una violación.

En un polémico descargo que se viralizó a través de las redes sociales, el acusado negó el abuso y afirmó que no quiso agredir a la víctima, sino evitar que se arrojara del balcón del departamento de San Telmo.

Según el expediente judicial, el 15 de noviembre de 2018 Eguillor se reunió con una joven de 22 años en un departamento de San Telmo. De acuerdo con el testimonio de la víctima, abusó sexualmente de ella y no la dejó irse del lugar. La situación se viralizó a partir de un video donde se observaba a la chica solicitando ayuda desde el balcón y a Eguillor agarrándola del cuello para reingresarla por la fuerza a la vivienda.

En víspera de la Navidad de 2018, el juez en lo criminal y correccional porteño Carlos Bruniard procesó con prisión preventiva a Eguillor por “abuso sexual con acceso carnal”.

La justicia además acusó al joven, que en ese momento tenía 24 años,de “privación ilegal de la libertad agravada, lesiones leves dolosas por mediar violencia de género, daño y amenazas” y le trabó un embargo de 250.000 pesos, según informó en su momento la agencia de noticias Télam.

En enero de 2019, la Cámara del Crimen rechazó el pedido de excarcelación de Rodrigo Eguillor y ratificó el fallo del juez Carlos Bruniard.

Según la resolución del tribunal de alzada, existía riesgo de fuga, una posible condena de cumplimiento efectivo y también valoró un concepto negativo en un informe personal.

Antes de la feria judicial de enero de 2021, el juez Noceti Achával había rechazado el pedido de sobreseimiento realizado por la defensa de Eguillor y, en ese acto, decidió prorrogar por seis meses su detención domiciliaria. La representación legal del joven había pedido que se lo declarara inimputable, a instancias de un informe médico que refería un “cuadro de padecimiento de índole psicótica a forma esquizofrénica”.

Ahora, tras el informe de la junta médica, según informaron fuentes judiciales, la defensa de Eguillor pidió el sobreseimiento y la declaración de imputabilidad.

Pero, finalmente, el juez Noceti Achaval no lo declaró inimputable, sino que lo sobreseyó provisionalmente por incapacidad, ya que no puede enfrentar un proceso penal.