Habían pasado pocas horas del homicidio de Leonor Morales, la mujer de 67 años asesinada de un balazo por la espalda para robarle el auto en González Catán, en La Matanza, y el vehículo ya estaba a la venta. Lo ofrecían en la red social Instagram. La publicación fue clave para identificar y detener a tres sospechosos: adolescentes de entre 15 y 17 años.

Uno de los adolescentes detenidos, según informaron a LA NACION fuentes judiciales, está sindicado como uno de los autores del homicidio y, en su domicilio, fue secuestrada una pistola calibre 22, el mismo calibre del arma utilizada en el crimen de Morales. Ese sospechoso, de 17 años, había recuperado la libertad el viernes pasado.

En un primer momento, la investigación del homicidio de Morales estuvo a cargo del fiscal Carlos Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios de La Matanza, pero tras los operativos y la aprehensión de los sospechosos menores de edad tomó intervención el fiscal a Pablo Insúa, de la UFI N° 2 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Matanza.

Morales fue asesinada anteanoche a las 20.40 en Arias y Juan B. Justo, en el barrio El Talita, de González Catán, cuando esperaba a su hija y a su nieta. Fue sorprendida por dos delincuentes que le robaron su auto VW Gol Trend gris y su teléfono celular: la mataron de un balazo que ingresó por la espalda, según reveló la autopsia.

“Llamó la atención que con el paso de las horas no era encontrado el vehículo de la víctima”, dijo a LA NACION un investigador.

Los asesinos no se descartaron del auto, lo publicaron a la venta desde un perfil de Instagram. “Un amigo de uno de los nietos de la víctima vio la oferta en las redes sociales”, recordó la fuente consultada.

En ese momento, el fiscal Arribas y detectives de la policía bonaerense ya tenían una pista de los sospechosos a partir del análisis de imágenes de cámaras de seguridad y de la declaración de un testigo.

“El nieto de la víctima y su amigo se hicieron pasar por personas interesadas en comprar el auto. Spactó la entrega de una suma de dinero a cambio del auto con un adolescente que, al ver sus fotografías en redes sociales y compararlas con las imágenes de las cámaras de seguridad de la investigación, se determinó que era uno de los presuntos autores del crimen”, explicaron fuentes de la causa.

El arreglo era intercambiar el dinero por las llaves del auto que le llevarían dos intermediarios al cruce de las calles Barragán y La Bastilla de González Catán. Allí, con el aval de la fiscal Arribas, se procedió a interceptar y aprehender a los dos adolescentes de 15 y 17 años que llegaron para el encuentro.

Por indicación de los propios imputados, los investigadores hallaron el auto robado a la víctima estacionado en el cruce de las calles Alagón y Azul, también de González Catán, donde el auto fue recuperado y acudió una delegación de peritos de Policía Científica a procesar evidencias.

Una vez identificado el sospechoso que ofrecía el auto y que fue reconocido por los videos, el fiscal Arribas ordenó un allanamiento de urgencia en uno de sus domicilios, en la misma localidad ya mencionado de La Matanza, que dio resultados negativos, pero allí se constató a través de documentación que se trataba de un adolescente de 17 años. En ese momento tomó intervención el fiscal Insúa.

El adolescente buscado comenzó a transmitir a través de su Instagram, y el lugar desde donde hacía el vivo fue reconocido por los investigadores, según informó la agencia de noticias Télam.

Personal del Gabinete Táctico Operativo (GTO) de la Subestación Sur de Policía de La Matanza y de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de ese distrito allanaron ese otro domicilio y allí sí hallaron y detuvieron al sospechoso de 17 años.

En esa inmueble, situado en Barragán de González Catán, se secuestró la posible arma homicida, una pistola Bersa Thunder .22, mismo calibre que el empleado para asesinar a la víctima.

Fuentes judiciales informaron a LA NACION que la autopsia determinó que Morales fue asesinada de un balazo que ingresó por la espalda y los médicos forenses recuperaron un plomo desnudo calibre 22, evidencia balística que ahora será cotejada con el arma secuestrada al sospechoso.

El fiscal Insúa dejó a los tres sospechosos detenidos en el marco de una causa caratulada como “robo agravado por el uso de arma de fuego y homicidio criminis causae (matar para lograr la impunidad), según informó Télam.