Desapareció de donde solía andar después de violar, rociar con alcohol y prender fuego a una mujer en un hotel de Constitución donde alquilaba un cuarto. Pasó tres meses prófugo hasta que, gracias a la geolocalización de su teléfono celular, los policías que lo buscaban lo encontraron: estaba en Palermo y conducía un ómnibus de transporte escolar.

Fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño informaron que la detención estuvo a cargo de oficiales de la División Delitos contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad, a solicitud del juez Edmundo Rabbione, que le imputó al sospechoso el delito de abuso sexual con acceso carnal y tentativa de homicidio.

Ese hecho ocurrió el 5 de febrero pasado. La víctima denunció que había cenado con el hombre con el que estaba en pareja hacía ocho meses y que luego, tras una discusión, la violó y la roció con alcohol y le prendió fuego.

El propio hombre la llevó desde el cuarto de hotel que alquilaba, en Constitución, al Hospital de Quemados, en Boedo. La dejó ahí y se esfumó.

Sin novedades con respecto a su paradero, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°43 requirió la colaboración de la División Delitos contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad. Los detectives partieron del número telefónico del prófugo para intentar desentrañar dónde se escondía.

A partir de la ubicación de las antenas de telefonía móvil se pudo enfocar su radio de movimientos; y con la posterior intervención telefónica, los pesquisas lograron determinar que el sospechoso había encontrado trabajo como chofer de un micro escolar.

Ese dato permitió a los investigadores ubicarlo con detalle y capturarlo en Nicaragua al 4700, en el barrio porteño de Palermo.