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Un negocio que parecía simple, una alfombra persa y 900.000 pesos perdidos: la estafa digital que sufrió Silvina

Una ola que cada vez suma más denuncias. Empieza con avisos en distintas redes sociales que anuncian la posibilidad de obtener ingresos extras mediante la realización de tareas remotas. La public...

Una ola que cada vez suma más denuncias. Empieza con avisos en distintas redes sociales que anuncian la posibilidad de obtener ingresos extras mediante la realización de tareas remotas. La publicidad aparece en Instagram o en Facebook, ambas de Meta. El mensaje es elocuente: “Reclutamiento: tiempo completo o medio tiempo. Paga salarios todos los días. Sin experiencia laboral. Solo toma 3 minutos por tarea. Salario liquidado el mismo día”. Arriba, el logo de una de las plataformas de compra y venta más importante. Puede ser Mercado Libre, Amazon u otra. La promesa es la misma. Ganar un dinero extra, solo con tener computadora y conexión a internet.

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Hasta ahí llegó, mediante las stories de Instagram, Silvina. “Pensé que sería una buena oportunidad para ganar un dinero extra, ya que con mis tres trabajos diferentes no alcanza”. Acostumbrada (trabaja, por ejemplo, a tiempo parcial alquilando departamentos de Airbnb), vio que era una oportunidad. Hizo clic y fue a una conversación por WhatsApp. Allí le explicaron la misión: ayudar a que vendedores de Mercado Libre, en su competencia por aparecer más arriba en los listados, puedan posicionarse mejor en la plataforma. ¿Cómo? Vendiendo más. Ella iba a ser una de las “clientas” de esas publicaciones, e iba a tener que comprar productos inyectando dinero. Esos productos no los iba a recibir, porque lo que importaba era la transacción; luego, le iban a reintegrar el dinero a su cuenta de origen, con una comisión, que podía oscilar entre el 10 y el 20 por ciento. Si compraba un producto de 2000 pesos, le volverían mínimo 2200. El vendedor subía en los listados, ella ganaba dinero. La plataforma intermediaba, ganaba dinero de los vendedores y premiaba a los compradores, como Silvina.

Aunque Silvina no lo tuvo en cuenta, esta práctica de por sí es fraudulenta, ya que apuesta a inflar los números de ventas para obtener mejores ubicaciones en el ranking interno de las tiendas, que a su vez tienen diversas herramientas de verificación interna para evitar estas estrategias. Es por eso por lo que las personas que le ofrecían este negocio a Silvina no le pidieron que participara en la tienda de Mercado Libre ni en la de Amazon. En cambio, le dieron un usuario y contraseña en otra plataforma, de nombre Shopa.

La alfombra persa de los 900.000 pesos

Allí figuraría una réplica del marketplace y los productos “seleccionados”. Entonces le asignarían misiones. En honor a su bienvenida, le dieron crédito: 600 pesos. La primera compra la usó como caso testigo y compró algo sencillo: una serpentina, de esas de fiesta. En total, 75 pesos. A su cuenta le transfirieron 110. Negocio.

Entonces se envalentonó y fue completando más misiones: comprar productos y recibir comisiones por eso. Siempre, el dinero invertido y una ganancia, el premio por su tarea “promocional”. “El primer pago lo recibí rápido y entonces fui acumulando compras y productos. El problema fue después, cuando aparecieron productos más caros”, señala Silvina. Ella debía inyectar dinero en la plataforma para poder acceder a productos de más valor y, así, obtener mayores ganancias.

El tema se agravó cuando en la tienda Shopa apareció un producto caro en el radar: una alfombra persa que costaba 900.000 pesos. Era una inversión grande, pero también lo sería la ganancia: cien mil pesos más por hacer un par de clics. Pero a diferencia de las ocasiones anteriores, aquí no hubo celeridad en la devolución del dinero que había ingresado en la plataforma (a veces con una transferencia bancaria, otra con pagos desde billeteras digitales).

Después de un tiempo prudencial contactó al servicio técnico de sus empleadores, preocupada. Le respondieron que el problema era que debía abonar un impuesto por las ganancias extraordinarias que había obtenido. Le pasaron otro CBU para pagar lo “correspondiente”. Fue entonces cuando empezó a sospechar. Se indignó: comprendió que era una estafa y que nunca le devolverían el dinero. Entonces los increpó. La respuesta inmediata fue: “así es como otras personas ganan dinero”. Y cortaron comunicación. La sospecha se comprobó.

Un tipo de denuncia que crece

La historia de Silvina es una de las tantas denuncias que se multiplican en distintas fiscalías. Entre ellas en la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI). En el caso de la estafada de esta historia, su periplo duró un mes. “Los primeros montos me los reintegraron, por eso confié, podía hacer los retiros y además era una tarea sencilla, que no requería mucho tiempo”, recuerda. El propio sistema, además, va generando “incentivos”, con distintas membresías o tipos de niveles que alientan a las víctimas a invertir más dinero para acceder a productos más caros.

En un primer momento, las personas damnificadas no sospechan que se trata de una maniobra fraudulenta, pues ven, dentro de la plataforma, que se le reintegra el dinero que invirtieron y ven reflejadas las altas comisiones por las labores efectuadas. Sin embargo, no reparan en que los montos que transfieren -y ven acreditados dentro de la plataforma- son enviados a billeteras virtuales controladas por los propios estafadores, que no van a poder sacar.

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La estafa se termina de perfeccionar cuando las personas quieren extraer el dinero que fueron ganando con sus labores. Es entonces cuando las víctimas se encuentran con un anuncio que les indica que no pueden extraer su dinero porque su orden de retiro ha superado un umbral impositivo. Y entonces empieza el calvario. Silvina perdió 900.000 pesos con la compra falsa de la alfombra persa. Es apenas un ejemplo.

Los sitios, que utilizan los logos de las principales plataformas, se multiplicaron. Thinh Thinh Selection, Shopa, Shops655, https://shopaco9.com/, https://shopa655.com/, https://shpstoret8.cc, https://my.mshop8888.com. “Pero seguramente sean muchos más”, explican desde la UFECI.

En principio, advierten de esta nueva modalidad. Y aconsejan:

Antes de invertir en este tipo de plataformas, busque información en línea, la reputación de las empresas y si, mínimamente, están registradas ante las autoridades competentes para ofrecer este tipo de servicios”.Sospeche de los rendimientos excesivamente altos.Desconfíe de ofertas de este tipo que circulan por redes sociales o servicios de mensajería.Nunca efectúe aportes de dinero ni realice transferencias sin haber verificado la legitimidad de la oferta.No brinde información personal ni bancaria a través de plataformas digitales ni telefónicamente.En caso de resultar víctima, puede reportar los hechos a la casilla denunciasufeci@mpf.gov.ar

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/un-negocio-facil-una-alfombra-persa-y-900000-pesos-perdidos-la-estafa-digital-que-sufrio-silvina-nid11092023/

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