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Un plan perfecto: el rey rebelde que engañó al nazismo y desafío a Hitler

Ya de adolescente, las reseñas lo describían como atractivo, educado, encantador e inteligente y con una altura que lo diferenciaba del resto: medía nada más y nada menos que dos metros. Desde ...

Ya de adolescente, las reseñas lo describían como atractivo, educado, encantador e inteligente y con una altura que lo diferenciaba del resto: medía nada más y nada menos que dos metros. Desde joven supo destacarse como líder. Pronto fue maestre de una orden masónica y también destacó como militar sirviendo dentro del 5to regimiento de caballería de los dragones.

Cuando finalizó sus estudios se brindó de lleno a la milicia. Pero el futuro que sus padres, Federico VIII y Luisa de Suecia, vislumbraban para él iba en otra dirección y le buscaron una prometida. La candidata ideal fue la duquesa Alejandra de Mecklemburgo. Primero en forma secreta, y luego cada vez con mayor frecuencia, los jóvenes comenzaron a visitarse. Aunque les costó entablar una conversación, poco a poco finalmente lograron congeniar. Tenían 27 y 18 años cuando celebraron su boda. A los pocos meses de casarse, ella –que aún no había pisado la segunda década de vida- quedó embarazada y dio a luz a su primer hijo.

La Primera Guerra Mundial y un pacto de neutralidad

El nuevo capítulo de la vida de Cristián comenzó un 14 de mayo de 1912 cuando, inesperadamente, mientras daba un paseo por un parque, su padre murió. Cristián se convirtió en el nuevo rey de Dinamarca bajo el nombre de Cristián décimo. El primer acto oficial que se le encomendó fue una gira por Dinamarca y la visita de Groenlandia e Islandia.

Al breve tiempo estalló la Primera Guerra Mundial. Desde un primer momento, Cristián decidió mantenerse neutral, evaluando los grandes costos económicos y no pudiendo soportar que una gran cantidad de compatriotas perdiera su vida. Junto a Suecia y Noruega, firmó un pacto de neutralidad.

Transcurría el año 1918. Islandia se convirtió en un reino independiente pero Cristián X se mantuvo como el rey de ambas naciones. Ahora Islandia pasaba a tener sus propias leyes, gobierno y bandera y dependía de Dinamarca sólo para cuestiones militares o algunos asuntos diplomáticos.

La Segunda Guerra Mundial: ¿el títere perfecto?

Otro problema con el cual tuvo que lidiar el joven rey al comienzo de las “extrañas“ relaciones con Alemania fue quién se quedaba con la región de Schleswig. Se llamó a plebiscito y luego de la votación se decidió dividir el territorio. Una parte de ella quedó para Dinamarca en tanto que la otra se anexó a Alemania.

Esta decisión dejó minorías sustanciales a ambos lados de la nueva frontera y no fue bien recibido en el seno político danés. De hecho, provocó numerosos problemas con sus ministros ipso facto y se iniciaron manifestaciones en contra de la monarquía

El rey Cristián X finalmente negoció con el partido social demócrata y aceptó sus políticas. Se comprometió a realizar elecciones junto con la llegada de un gobierno más democrático. De ese modo, su rol quedó delimitado al ejercicio de la jefatura de estado. El papel de Cristián se limitó y a aceptar las decisiones del gobierno.

Con el comienzo de la segunda guerra mundial, Cristián X se mantuvo alerta sobre la Alemania nazi. Pero de ningún modo sospechó ni esperó que en abril de 1940 se iniciara la invasión a su país.

Hitler entendió que, dada la docilidad con la que se rindió Cristián X, sería un perfecto títere para dejar en el trono. Ese fue el contexto en que se decidió que Dinamarca fuera un estado neutral bajo el dominio del Reich. Con sus fuerzas totalmente derrotadas y para evitar los terribles bombardeos a las ciudades que terminaban totalmente destruidas, el rey sacó a relucir el amor por su patria.

Un rey rebelde a caballo y el insulto a Hitler

Cristián X era todo un rebelde: salía a pasear en su caballo por Copenhague portando la bandera danesa, sin su guardia personal y bajo la mirada de los nazis. Con su accionar no solo desafiaba al Reich sino que, además, se fotografiaba junto a los suyos. Esas demostraciones le valieron el apoyo y vitoreo del pueblo danés. Al enterarse, Hitler recibió el proceder del rey como un insulto. Concretó un encuentro en el que le ofreció que se exiliara de Dinamarca. En una actitud desafiante, Cristián y su mujer se negaron a ello.

Dinamarca fue el único estado invadido que saboteó las leyes raciales, que logró evitar la creación de guetos y donde todos los judíos fueron declarados ciudadanos daneses. Los ciudadanos daneses protegieron a los judíos: los mantuvieron escondidos o resguardados en los áticos de las casas, establos, fábricas, y cualquier lugar donde pudieran pasar inadvertidos. Cuando el Reich instó poner la estrella de David para distinguir a los judíos, el monarca danés declaró que, en tal caso, todos debían usar las estrellas. Cuenta una leyenda que el monarca mismo cosió una estrella de David en sus vestimentas a modo de desafío.

De ese modo, con tantos actos de desobediencia, la enemistad entre la sociedad danesa y la ocupación nazi quedó declarada. En la primera manifestación de protesta, los nazis se cobraron seis vidas de daneses. Y, enfurecidos, cortaron el agua y la electricidad para muchas de las ciudades. Ahora sí, la guerra entre las fuerzas de Hitler y Dinamarca estaba más que declarada. Y durante toda aquella ocupación Cristián X se mantuvo firme en su postura: planeó, financió y ayudó a casi todas las familias judías a escapar por mar en embarcaciones pequeñas hacia la neutral Suecia.

El líder alemán advirtió que había cometido un error al juzgar al monarca. Cuando a Dinamarca se le ordenó que deportara a todos los judíos, estos ya habían sido enviados de contrabando a Suecia. Cristián X había evitado que más de 10.000 judíos fueran enviados a campos de concentración de los alemanes.

Con Alemania al borde de ser derrotada, Dinamarca logró salir del ojo de la tormenta. Hacia 1945 Dinamarca ya se sentía libre y prontamente recuperó su independencia. El ejemplo del liderazgo de Cristián X unió e inspiró a todo su pueblo en una sumatoria de actos de resistencia y rebeldía. Fue ejemplo para las generaciones futuras y los daneses contemporáneos al hombre que portaba la investidura de rey pasaron a la historia por su comportamiento ante la injusticia del fascismo dejando una enseñanza digna de admirar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/un-plan-perfecto-el-rey-rebelde-que-engano-al-nazismo-y-desafio-a-hitler-nid28092023/

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