
ATEN: rechaza en Neuquén lo que muchos desearían en el país.
En Nación se avanza hacia una reforma laboral y un posible techo del 10% en paritarias, el gremio docente ATEN rechaza en Neuquén una propuesta salarial con actualización por IPC, única en País
La propuesta salarial del gobierno neuquino para 2026 se presenta como una de las más sólidas del país: garantiza continuidad del método de actualización por IPC, prevé un bono de 350 mil pesos en enero y suma mejoras de convenio como el ítem de ropa de trabajo en abril.
Es una oferta que no solo protege el ingreso frente a la inflación, sino que brinda previsibilidad a un sector que históricamente reclama estabilidad económica. ATE y UPCN ya la aceptaron. Sin embargo, el gremio docente ATEN decidió rechazarla en un contexto nacional que exigiría, justamente, lo contrario: prudencia y mirada estratégica.
La decisión resulta difícil de comprender cuando se observa lo que ocurre a nivel nacional. Allí, los trabajadores estatales recibieron apenas un 13,6% de actualización entre enero y octubre, muy lejos del 28,5% otorgado en Neuquén.
Pero lo más preocupante es que el Gobierno nacional evalúa instaurar un techo del 10% para futuras negociaciones, una medida que congelaría el poder adquisitivo en un escenario de inflación incierta.
A esto se suma la amenaza de una reforma laboral de alcance impredecible, cuyos efectos generan inquietud entre todos los sectores sindicales.
Mientras tanto, Neuquén ofrece la continuidad del sistema de actualización automática por IPC, un mecanismo que ha demostrado ser el más efectivo para defender los salarios. El modelo neuquino incluso toma en cuenta dos fuentes estadísticas -la provincial y la del INDEC- para otorgar mayor precisión y equilibrio a los incrementos.
Es una herramienta que muchos trabajadores en otros puntos del país desearían tener y que, sin embargo, ATEN se empeña en desestimar.
La negativa docente se explica, en parte, por la interna que atraviesa el gremio entre su conducción provincial y la capitalina.
Ese conflicto, ajeno a las necesidades reales de las familias y del sistema educativo, está condicionando una negociación clave. La dirigencia docente no solo arriesga mejoras concretas para sus representados, sino que pierde de vista que la provincia ofrece un esquema salarial que contrasta radicalmente con la incertidumbre que reina a nivel nacional.
La diferencia entre aceptar o rechazar esta propuesta no es menor. Implica decidir entre un método de actualización probado, capaz de ganarle a la inflación, y un panorama nacional donde los trabajadores estatales podrían quedar atados a aumentos mínimos que no cubrirían ni por asomo los costos de vida. En ese marco, oponerse a la mejor oferta del país no parece una postura sencilla de explicar.
Además, la provincia necesita sostener un desarrollo equilibrado en infraestructura, salud, seguridad, educación y servicios esenciales.
Para ello requiere previsibilidad presupuestaria y acuerdos razonables. Cuando un sector rechaza una propuesta tan sólida como esta, genera incertidumbre en un momento en que la sociedad pide responsabilidad.