
El “fútbol valorado” crece en la Patagonia
Se trata de una metodología nacida del llamado “fútbol callejero”, y se estructura en tres momentos claves.
Tras el reciente encuentro realizado en localidades cordilleranas, el referente comunitario Maximiliano Flores dialogó con Radio Cooperativa para explicar en qué consiste el fútbol valorado, una práctica que va mucho más allá del deporte y que se consolida como una herramienta potente de integración social, acompañamiento y construcción de ciudadanía.
Flores contó que el lunes concluyó la última jornada del encuentro patagónico y que el balance fue “muy positivo”, con la participación de adolescentes y jóvenes de distintos puntos de la región. Remarcó que esta dinámica rompe con la lógica del fútbol tradicional, donde el rival es un enemigo y la competencia lo define todo: “No es una guerra. El otro no es un contrincante: es necesario para construir el juego y para divertirse”, señaló.
Más allá de lo deportivo, Flores explicó que llevan ocho años trabajando en barrios de San Martín de los Andes en prevención y reducción de daños, acompañando a jóvenes atravesados por consumos problemáticos, abandono o situaciones familiares complejas.
Durante la nota, Flores recordó su paso por Zapala, donde años atrás se implementó esta modalidad en articulación con organizaciones locales y dijo que “Nos trataron muy bien. Fue una experiencia hermosa”. Sobre el cierre, adelantó que la organización evalúa realizar un encuentro en Villa Pehuenia–Moquehue en febrero, con la participación de San Martín de los Andes, Villa La Angostura, El Bolsón y Bariloche.
Además, la próxima sede del Encuentro Patagónico 2025 sería la provincia de Río Negro.
¿Qué es el fútbol valorado?
Puesta de reglas:
Los jóvenes ―chicas y chicos― establecen sus propias normas según el espacio donde se juegue. Lo hacen acompañados por un mediador social que facilita el diálogo y promueve acuerdos.
El juego:
Se disputa el partido sin árbitro y con las reglas creadas colectivamente, promoviendo responsabilidad, autonomía y respeto.
Ronda de reflexión:
Luego del partido, los participantes evalúan cómo se sintieron, cómo funcionó el equipo y qué valores se aplicaron:
solidaridad, cooperación, respeto y compromiso con las reglas que ellos mismos plantearon.
Los encuentros abarcan participantes de entre 13 y 20 años, sin distinción de género: niñas, niños, varones, mujeres y diversidades juegan juntos.