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Nación no cederá el control de la Ruta 22 a Río Negro y Neuquén.

Las Rutas 22 y 151 no pasarán a control de Río Negro y Neuquén, como pretendían las provincias para terminar obras y garantizar obras de mantenimiento.

Nación no cederá el control de la Ruta 22 a Río Negro y Neuquén.

Las Rutas 22 y 151 no pasarán a control de Río Negro y Neuquén, como pretendían las provincias para terminar obras y garantizar obras de mantenimiento.

Ante el rechazo de Nación al pedio de provincializar rutas, "lo que nos queda es hacer fuerza para que se retomen las obras", dijo el ministro de Obras Públicas de Río Negro, Alejandro Echarren.

Se confirmó que la gestión del presidente Javier Milei no les dará la administración de las rutas nacionales, tal como lo pidieron los gobiernos de Río Negro y Neuquén al cuestionar el estado de los caminos y la suspensión de las obras. "Han dicho que no nos darán la administración, entonces estamos tratando que se retomen las obras y que se terminen", señaló el funcionario rionegrino.

El titular de Obras y Servicios Públicos en Río Negro sostuvo que la situación de la Ruta 22 es compleja, por los años que lleva el proyecto inconcluso y el escenario económico actual. "No es tarea sencilla renegociar los contratos con las empresas que quedaron en realizar las obras de la Ruta Nacional 22. Una obra que tiene más de 15 años no es fácil de resolver y las empresas no están en buenas condiciones financieras, más allá de la voluntad que se tenga de reactivación, no va a ser una cuestión sencilla", advirtió en declaraciones.

"Cuando Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa plantearon el control de las rutas nacionales hubo un no de Nación. Porque la relación contractual con las empresas constructoras la tiene el gobierno nacional. Esperamos por el bien de los rionegrinos que se reinicien las obras de la Ruta 22 que hoy es de un peligro extremo", manifestó Echarren.

El ministro rionegrino consideró que la situación de colapso de la Ruta 22 en la región no es pasajera, sino que incluso se agravará por el desarrollo económico. "El crecimiento del Alto Valle a partir de la actividad petrolera hace que esté colapsada. Y eso nos deja en una posición incómoda porque nos empieza a destruir las rutas provinciales, como la 65, que no tenía tanto movimiento", manifestó.

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