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AMIA: de justicia, ni noticias

“Nadie puede creer, media hora después de que estallara la bomba, que Pasteur al 600 se convirtiera en esta patética pila de escombros entre los cuales fueron halladas personas con vida”....

“Nadie puede creer, media hora después de que estallara la bomba, que Pasteur al 600 se convirtiera en esta patética pila de escombros entre los cuales fueron halladas personas con vida”.

Las palabras, crudamente descriptivas, acompañaban una imagen en la edición matutina de LA NACION del 19 de julio de 1994. El polvo todavía no se había asentado en las calles del Once, y los rescatistas aún buscaban esperanzados sobrevivientes del atentado. En estudios y redacciones ya sonaban nombres, sospechas, hipótesis: que la falta de estructuras de inteligencia adecuada habría facilitado los atentados, que se ignoraron alertas previas, que un comando islámico se adjudicó el atentado.

Al sentarme a escribir estas líneas, dediqué algunos minutos a navegar el material periodístico de aquella semana. Dos cosas llamaron poderosamente mi atención. La primera: la familiaridad. No por tratarse de un hecho especialmente conocido (que lo es), o por incluir imágenes grabadas en la retina de millones de argentinos, sino por la información. Pasaron 29 años de aquellas portadas. Casi tres décadas en las que las noticias, una y otra vez, se repitieron. Los mismos nombres, las mismas sospechas, las mismas hipótesis. Sin embargo, hay una portada, una primicia que no llega. Porque de justicia, hasta la fecha, no tuvimos ni noticias. Procesos judiciales que culminan y vuelven a empezar, sin todavía ningún condenado por el más sangriento atentado en la historia argentina.

Y me encontré, también, el titular de LA NACION: “No le pasó a los judíos, nos ocurrió a todos”. Una afirmación sencilla, contundente, y ante todo, real. Y aunque la misma apelaba al acto concreto de ese 18 de julio, la expresión también da cuenta también de la naturaleza del terrorismo, que desconoce de nacionalidades y fronteras. En su onda expansiva, arrasa con todo a su paso dejando atrás solamente odio y destrucción. Por eso, la única forma de contrarrestarlo es trabajando de igual manera: juntos y coordinados.

Con ese espíritu esta semana el Congreso Judío Latioamericano, organización que reúne y representa a las comunidades judías de la región, y el Comité Interamericano contra el Terrorismo de la Organización de Estados Americanos, convocamos a una “Reunión de especialistas para la prevención del terrorismo y el extremismo violento”. Allí, 80 altos funcionarios de gobierno y expertos en terrorisimo -entre ellos ministros, jueces, fiscales y jefes de las fuerzas de seguridad- intercambiaron conocimiento y experiencias en el combate al terrorismo.

Se trató de un verdadero esfuerzo de cooperación regional, con representantes de ocho países latinoamericanos que lidian cotidianamente con los riesgos del terrorismo. Claro que hubo conversaciones sobre políticas y estrategias públicas, además de los formalismos propios de los cargos de los presentes. Sin embargo, reinó el factor humano. Porque al final del día, la reunión fue también un encuentro entre colegas, la oportunidad de conocerse y aprender los unos de los otros. De estremecerse juntos ante el relato de Daniel Pomerantz, Director Ejecutivo de AMIA, quien recordó el shock de los primeros momentos después del atentado mientras intentaba salir de entre los escombros, o al decir “presente” en el acto oficial de conmemoración.

El encuentro fue una más de las noticias que estos días incluyeron los principales diarios de la Argentina, haciéndose eco de un nuevo aniversario del atentado.

A 29 años de aquel 18 de julio, tras incontables actos, reclamos, editoriales, comunicados. ¿Qué hay de nuevo en el tema AMIA? De justicia, lo hemos dicho, ni noticias. Mientras tanto, en un escenario de portadas que suenan familiares y noticias que poco tienen de noticioso la reunión abrió la puerta a la novedad. Un encuentro sin precedentes en materia de sensibilización y prevención contra el terrorismo, que aporta a un mundo más seguro y donde la justicia y la memoria ocuparon el primer plano. Y un homenaje distinto para las 85 víctimas fatales del atentado. Y la confirmación de aquella frase en la portada de La Nacion 29 años atrás: “No le pasó a los judíos, nos ocurrió a todos”. Y tal vez todos, trabajando juntos, podamos prevenir que un hecho similar vuelva a suceder.

Director Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/amia-de-justicia-ni-noticias-nid18072023/

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