Sebastián Villa, condenado a dos años y un mes de prisión condicional por “amenazas coactivas en concurso real con lesiones leves calificadas por el vínculo en contexto de violencia de género contra su expareja Daniela Cortés” no jugará más en Boca. Así lo determinó el club mediante un comunicado, en el que detalla que esa postura será “hasta tanto recaiga un pronunciamiento judicial definitivo”. Además, en las últimas horas, se supo que fue elevado a juicio el expediente en el que se lo acusa de “abuso sexual con acceso carnal”.

Desde donde s lo mire, es un escenario complejo desde lo legal. Porque el colombiano tiene un contrato vigente con el club de la Ribera hasta diciembre de 2024. Por eso el sábado se presentó en el predio de Ezeiza, su lugar habitual de trabajo. Aunque su presencia fue simbólica: se despidió de sus compañeros y habló con el Consejo de Fútbol para definir, junto a ellos y la dirigencia, una salida acordada.

Al mismo tiempo, Boca no puede rescindirle el contrato, porque de hacerlo podría ser acusado de “despido discriminatorio”. Por eso, en esta situación asoman tres caminos posibles. La primera es que emigre a Colombia y juegue en esa liga (Deportes Tolima tiene el 30% de su ficha); la segunda es que los representantes del futbolista acerquen a Brandsen 805 una oferta de otro club y el delantero sea transferido en el mercado de pases que se abrirá en las próximas semanas. Y la última alternativa, mucho menos probable, es que sea el jugador quien rescinda su contrato con la entidad azul y oro.

Por lo pronto, como primera medida, se acordó entre las partes que Villa se tome una licencia y, previa autorización de la jueza Claudia Dávalos, viaje a su país para intentar sumarse a algún equipo en el próximo mercado de pases, debido a que el 21 de junio se abre el cupo para los equipos que disputan competencias internacionales. El delantero puede jugar en cualquier otro equipo del mundo, incluso de la Argentina. Esto se debe a que la sentencia no está firme y sus derechos laborales no están inhabilitados.

De todas maneras, la situación es compleja. Porque no es tan sencillo que un club invierta su capital en un futbolista que recibió una condena en primera instancia por violencia de género, y que en los próximos meses afrontará otro juicio por una denuncia por supuesto abuso sexual, con acceso carnal.

Aunque es probable que el destino de Villa esté en el fútbol árabe o asiático, en donde no solo la legislación es más flexible, sino que la propuesta económica a Boca también sea beneficiosa. Llegado este caso, la Justicia debe darle al jugador una autorización de salida, algo que por ejemplo ya sucedió con Alexis Zárate. El exIndependiente recibió una condena de seis años y medio de prisión por violación, e igual pudo emigrar a Letonia. Allí jugó un año, hasta que la Cámara de Casación confirmó la determinación judicial y el defensor tuvo que regresar a la Argentina para completar su pena en la cárcel.

La impensada derrota con Arsenal y la condena que recibió Sebastián Villa, por ser considerado culpable de violencia de género contra su ex novia, Daniela Cortés, agitaron el mundo Boca en los días previos a un partido que puede definir su clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores.

Hay algo concreto: el colombiano no formará parte de los citados para recibir a Colo Colo, este martes desde las 21, por la quinta fecha del grupo F. Y su reemplazo no saldrá de dos alternativas: Luca Langoni (lo más probable) o Norberto Briasco.

En caso de que Jorge Almirón opte por la joven promesa, será la primera vez en dos meses que el técnico lo ubique entre los titulares. En este ciclo, su única vez desde el inicio fue precisamente en el debut del nuevo entrenador (0-1 con San Lorenzo). Luego llegaron los problemas físicos y la elección de otros jugadores.

Pero esa no será la única variante, debido a que existen chances concretas de que también regrese al primer equipo Marcos Rojo. El capitán de Boca regresó a las canchas el jueves pasado, en un partido de reserva. Lo hizo en un nivel aceptable y las expectativas por su vuelta oficial son grandes. De hecho, el propio futbolista había asegurado hace semanas que volvería a jugar el 6 de junio, frente al conjunto chileno.

En este contexto, el DT recién definirá este lunes lo que hará con Rojo. Y en caso de que opte por preservarlo, será reemplazado por el paraguayo Bruno Valdez. Por otro lado, si bien Nicolás Figal tuvo que ser reemplazado en el Viaducto por una contractura muscular, al haberse descartado un desgarro todo indica que integrará la zaga central.

Durante todo el lunes y buena parte del martes Almirón evaluará qué equipo parar desde el inicio. En los últimos días fueron varios los futbolistas tocados, y de la recuperación de ellos depende el armado final del rompecabezas.

Uno de esos casos es Guillermo Pol Fernández, quien dejó atrás una molestia muscular y está otra vez en condiciones. Y además, habrá un cambio de esquema en la zona ofensiva. Esto significa que se desarmará el doble nueve que compusieron ante Arsenal Darío Benedetto y Miguel Merentiel. Al menos desde el inicio, solo uno de ellos dirá presente y el otro aguardará en el banco.

Así las cosas, los 11 titulares que este martes a las 21 saldrían a la cancha para recibir a Colo Colo en la Bombonera son: Sergio Romero; Marcelo Weigandt, Nicolás Figal, Marcos Rojo o Bruno Valdez, Frank Fabra; Luis Advíncula, Pol Fernández, Alan Varela, Cristian Medina; Luca Langoni o Norberto Briasco y Miguel Merentiel o Darío Benedetto.