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El fundador de Hamas. Quedó tetrapléjico jugando al fútbol, murió hace 19 años, y todavía lo llaman “el líder de los suicidas”

El jeque Ahmed Yassin, líder espiritual y miembro fundador del partido fundamentalista islámico Hamas, fue asesinado el lunes 22 de marzo de 2004. Tenía 67 años. Había pasado prácticamente to...

El jeque Ahmed Yassin, líder espiritual y miembro fundador del partido fundamentalista islámico Hamas, fue asesinado el lunes 22 de marzo de 2004. Tenía 67 años. Había pasado prácticamente toda su vida en una silla de ruedas. Un golpe desafortunado en una partido de fútbol le lastimó la médula espinal y lo dejó tetrapléjico. Cuando lo alcanzaron los tres misiles israelíes, lanzados desde helicópteros de combate Apache, estaba ciego y prácticamente sordo. Sin embargo, sus limitaciones físicas no le impidieron formar una de las organizaciones terroristas más crueles, basada en el fanatismo y el sacrificio humano. El diario El País lo bautizó “El líder de los suicidas”. Hay una frase que Yassin patentó cuando declaró la “guerra santa” contra el Estado de Israel que define su espíritu sanguinario: “Cuando el mártir se inmola, se siente tan feliz como en su noche de bodas”.

Su muerte, fruto de la política de “asesinatos selectivos” que usó el gobierno de Tel Aviv para terminar con los líderes terroristas, fue comunicada por el primer ministro Ariel Sharon: “El Estado de Israel ha abatido esta mañana al primer asesino y terrorista palestino. La quintaesencia de la ideología de este hombre era el asesinato y la muerte de judíos, donde sea, y la destrucción del Estado de Israel”, dijo.

Sin embargo, aún hoy, 19 años después de su muerte, Ahmed Yassin sigue siendo reconocido como el líder de Hamas. En las reuniones más importantes de la organización, a la hora de tomar decisiones trascendentales, incluso sus atentados más sádicos, los cabecillas colocan alrededor de la mesa la vieja silla de ruedas de su jefe.

Herida de fútbol

Nació en un pueblo pesquero cerca de lo que hoy es Ascalón, en el sur de Israel. Cada acto en su vida, que se cuenta como leyenda, tiene distintas versiones. Se sabe que nació durante el Mandato Británico, en algún momento entre 1929 y 1947. Su pasaporte palestino indica que vino al mundo el 1 de enero de 1929, pero él solía decir que nació en 1937 (y es esa fecha que toman sus biógrafos como cierta).

Tenía 3 años cuando perdió a su padre, Abdullah Yassin. En 1948, durante la primera guerra árabe-israelí (guerra de la Independencia o de Liberación, según los israelíes), se mudó a Gaza con su familia: su madre, Sa’ada al-Habeel, y seis hermanos, 4 varones y 2 mujeres. Se establecieron en el campo de refugiados al-Shati. Fue allí que Yassin quedó tetrapléjico y en silla de ruedas. Otra vez, aparecen distintas versiones. La más repetida dice que sufrió una grave caída jugando al fútbol que partió su columna vertebral. Otras sugieren que se lastimó jugando “a las peleas” con un amigo del barrio. Pero también están quienes sostienen que se rompió la columna tras saltar desde un tejado convencido de que podía volar.

Ahmed Yassin aplicó para ingresar en la Universidad Al-Azzhar de El Cairo. Si bien su estadía en Egipto está comprobada, no hay evidencias de su paso por la casa de estudios. Hay versiones que aseguran que no fue aceptado por su discapacidad y que se formó intelectualmente en su casa, leyendo sobre filosofía, religión, política, sociología y economía.

En lo que todos los historiadores coinciden es en que rápidamente se convirtió en una figura prominente. Durante el tiempo que estuvo en Egipto, forjó una buena relación con los fundamentalistas de los “Hermanos Musulmanes”, una organización islamista y antisionista. Con ellos comenzó su carrera política.

En la década de 1970, de regreso en Gaza, fundó su propia organización: “Mujama al Islami”, de ideales similares a la hermandad musulmana. Y rápidamente la nutrió con decenas de jóvenes idealistas. Empezó dictando sermones los viernes, atrayendo a grandes multitudes. En un primer momento, Israel la reconoció como una organización de caridad y no obstruyó su crecimiento. Yassin inauguró escuelas y también una universidad. Tomó, de hecho, responsabilidades de Estado y se ganó la simpatía del pueblo. Más adelante, a principios de los años 80, creó un grupo más radical al que llamó, sin vueltas, “Los Combatientes del Islam”.

Mientras extendía su red política, formó una familia numerosa: tuvo 11 hijos. Finalmente, el 14 de diciembre de 1987, en el marco de la Primera Intifada palestina, inauguró formalmente Hamas (que en árabe significa celo, y además es el acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámica). Fue el bautismo de fuego, el momento de no retorno de una lucha que hoy está más viva que nunca. Sus primeras víctimas fueron los palestinos que colaboraban con el gobierno israelí.

Su relación con Yasser Arafat tuvo sus idas y vueltas. Cuando el líder histórico de la Organización para la Liberación de Palestina comenzó el proceso de paz con Israel, Ahmed Yassin se manifestó en contra. Creía que Palestina pertenecía al Islam y propugnaba la existencia de un Estado islámico en todo su territorio. Repetía sin cansancio que “el llamado camino de la paz no es la paz y no es un sustituto de la yihad ni de la resistencia”.

Con un discurso enérgico, su organización desplegó un mensaje contagioso. Varios jóvenes se sumaron a sus filas. Pero más allá de su brazo armado, Hamas “llenó un vacío”, tal como indica la Jewish Virtual Library, “que había sido dejado tras el fracaso de Arafat, el líder de la Autoridad Nacional Palestina, por proveerle a su población servicios básicos como escuelas, clínicas y hospitales que funcionaran de manera gratuita para los pobladores de Gaza. Así fue que la organización también creó sus caras más visibles, como el partido político y sus sectores de servicios públicos, asistencia y caridad”.

En ese marco, crearon sociedades “de caridad” en Palestina, Israel y el mundo, a través de las cuales recibían fondos de donaciones para, tal como describe muy correctamente la Jewish Virtual Library, “financiar sus actividades sociales, así como las anti-sociales”.

En 1989, se produce un punto de inflexión en la historia de la organización terrorista: Hamas secuestra a dos soldados israelíes, los asesina y entierra sus cuerpos en un lugar desconocido. La reacción de las fuerzas israelíes no se hizo esperar: encontraron a Yassin, lo arrestaron y lo sometieron a un proceso judicial. En su declaración, el líder de Hamas admitió ser el cerebro detrás de la operación y fue condenado a dos sentencias de prisión perpetua.

Sin embargo, solo pasó 8 años en prisión: fue liberado “en condiciones excepcionales” por el primer ministro Benjamín Netanyahu en 1997. Su excarcelación fue el resultado de un intercambio de prisioneros: el fundador de Hamas fue canjeado por dos espías del Mossad que estaban presos en Jordania. El proceso de liberación incluyo también la promesa de que Yassin no se involucraría en la planificación de nuevos ataques terroristas contra el Estado de Israel. Fue desterrado a Jordania, donde se recuperó para regresar a Gaza (si bien al principio había sido negado su retorno a Gaza, Netanyahu autorizó su vuelta).

Decidido a competir con Arafat -quien había ganado terreno en su ausencia- por la lealtad de los palestinos, optó primero por una estrategia “de consenso”. Procuró sostener un equilibrio con la Autoridad Palestina, puesto que un conflicto entre los dos grupos no haría más que dañar los intereses de su pueblo. Pero la fuerza gobernante lo puso, ocasionalmente, bajo arresto domiciliario. Esto no hacía más que fortalecer la imagen de Yassin, quien muchas veces fue liberado gracias a las protestas llevadas adelante por sus seguidores, quienes para esa altura lo veían lo seguían religiosamente.

Hamas tomó formalmente el control de Gaza en 2007. Ahmed Yassin no vivió para verlo. Sin embargo, a principios del siglo XXI, su organización tenía un poder considerable. El líder olvidó la promesa que había hecho en su proceso de liberación y lanzó una nueva convocatoria de soldados y “mártires” para atacar Israel. El gobierno de Netanyahu no le concedió una segunda oportunidad: salió a cazarlo por medio oriente, “a cualquier costo”.

Recién en 2003 Hamas fue incluida en la lista de grupos terroristas por la Unión Europea. El 6 de septiembre de ese año, tras precisar la ubicación de Ahmed Yassin, un avión israelí disparó varios misiles sobre el edificio en el que se hallaba. El líder terrorista fue herido, pero sobrevivió y logró escapar. Fue atendido en el Hospital Shifa, en la franja de Gaza, desde donde lanzó un temerario comunicado: “Los días demostrarán que la política de asesinatos no acabará con Hamas. Los líderes de Hamas desean ser mártires y no temen a la muerte. La yihad continuará y la resistencia continuará hasta que tengamos la victoria o seamos mártires”.

De allí en adelante, dejó de esconderse. Incluso, visitó diariamente a una mezquita cerca de su departamento, llevado en silla de ruedas por sus ayudantes. Fue justamente cuando salía de aquella mezquita, el 22 de marzo de 2004, por la mañana, que tres misiles impactaron sobre el auto en el que se movilizaba con sus guardaespaldas.

La muerte de Ahmed Yassin no fue el final de Hamas, sino el comienzo del mito que inspiró los crímenes más atroces de la organización.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/el-lider-de-los-suicidas-quedo-tetraplejico-jugando-al-futbol-murio-hace-19-anos-pero-su-silla-de-nid17102023/

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