ROSARIO.-Un síntoma de lo que representa el problema de la violencia narco en Rosario lo demuestra el inédito operativo de seguridad que el Gobierno planeó para este domingo, cuando se disputen las PASO en Santa Fe. Unos 6000 policías estarán destinados a un plan de prevención contra ataques a balazos a escuelas. El problema que aparece en el horizonte es que se produzcan atentados, como los que se multiplicaron el mes pasado, y ante el temor la gente desista de ir a votar.

El problema de la violencia y el crimen organizado fueron tópicos claves durante la campaña electoral. Nadie estuvo ajeno, pero la mayor atención de los candidatos giró en torno a la dimensión del flagelo, más que a despuntar planes y medias concretas, que probablemente serán abordados en el camino que se abre a partir del lunes de cara a las elecciones generales en Santa Fe, que se realizarán el 10 de septiembre.

El Presidente intervino el Partido Justicialista de Jujuy por haber apoyado la reforma constitucional de Gerardo Morales

El fenómeno criminal aparece siempre latente. La particularidad que tomó el crimen organizado en Rosario es que los grupos narcos ordenan desde las cárceles, provinciales y federales, ataques o hechos intimidatorios para generar conmoción.

Usan distintas estrategias, como ocurrió el sábado 24 de junio pasado, cuando en la despedida del jugador Maximiliano Rodríguez, la barra brava de Newell’s exhibió una bandera de 40 metros con las caricaturas de tres miembros de Los Monos, entre ellos, el líder Ariel Guille Cantero, que encargó la insignia a una empresa de Isidro Casanova en La Matanza por la que pagó 11.000 dólares.

En esa trama de una interna violenta dentro de la banda de este clan se comprobó –según se expuso en una audiencia judicial- que desde el penal federal de Rawson, Chubut, un sector del grupo criminal atentó el 2 de marzo pasado contra el supermercado del suegro de Lionel Messi, un episodio que generó gran repercusión, incluso, internacional.

Luego del capítulo que lo tuvo a Messi como víctima de una amenaza, los narcos comenzaron a atentar contra escuelas, en mayo y en junio pasado. Las balaceras contra los colegios generaron terror entre los padres y madres. Más de una decena de las escuelas cerró y los gremios que agrupan a los docentes privados y públicos realizaron tres protestas multitudinarias.

La preocupación está posada no sólo en los temores, sino en situaciones reales. En las elecciones nacionales de 2021 la banda de Los Monos llevó adelante durante los días previos y el mismo día del comicio ataques contra siete estaciones de servicio y dos escuelas. En una investigación que llevó adelante la fiscal Valeria Haurigot se detectó que Celestina Contreras, la madre de Guille Cantero, había pagado a un preso que estaba alojado en la cárcel de Coronda, en Santa Fe, para que concretara estos hechos intimidatorios, a través de sus soldaditos.

Uno de los ataques con armas se cometió el 14 de noviembre de 2021 cuando el Complejo Educativo Santa Isabel de Hungría, ubicado en Cafferata al 4000, fue baleado mientras la policía custodiaba las urnas para las elecciones legislativas que se llevarían adelante ese domingo.

También la escuela técnica Crisol, ubicada en Magnano al 6300, en la misma fecha y con la misma metodología. En esta última institución educativa se encontró un cartel escrito con letras rojas con la leyenda: “O se comunican con la mafia o siguen las balaceras”, estaba junto con ocho vainas servidas calibre .380. Estos ataques se hicieron con la finalidad de “demostrar poderío”, juzgaron los fiscales.

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Claudio Brilloni, señaló que desde esta semana se está llevando adelante el operativo traslado de urnas hacia las escuelas, acompañado por efectivos policiales, desde la central de concentración hacia las 1452 escuelas. En esa línea, confirmó que “cada uno de esos lugares va a contar el día sábado con un agente policial y el domingo se van a agregar dos agentes más de la policía de Santa Fe, haciendo un total de 3456 policías”.

“A ese número tenemos que agregar personal policial en los centros de carga de Rosario y Santa Fe, grupos de reserva y personal de patrullaje en las adyacencias a algunos establecimientos escolares en particular –colegios que ya fueron atacados-, con patrullajes flexibles y dinámicos, lo que nos da un total de 5808 agentes de policía afectados al operativo electoral”, puntualizó el excomandante de Gendarmería.

En medio de este escenario de permanente tensión, la campaña electoral en Santa Fe transitó por un camino ríspido, con acusaciones cruzadas sobre todo en la pelea interna en Juntos por el Cambio, entre los candidatos Carolina Losada y Maximiliano Pullaro. El clima se enrareció más, luego de que Elisa Carrió, horas antes de sufrir el miércoles pasado una descompensación en Esperanza, consideró que “era obscena” la cantidad de dinero que se había volcado a la campaña. Sembró la sospecha de los fondos podrían venir del narcotráfico, sin dar ninguna otra precisión.

La campaña se centró más en posturas que en propuestas concretas de parte de los candidatos, por lo menos a nivel público, a pesar de que todas las encuestas señalan al narcotráfico y a la inseguridad como las mayores preocupaciones de los santafesinos. Desde distintos frentes señalan que en la campaña de cara a las generales se desplegarán más planes concretos.

El tema narco estuvo en el centro de la escena, pero con escasos argumentos sobre cómo se bajarán, por ejemplo, los índices de homicidios que golpean a Rosario, que cuadriplican la media nacional, con 288 asesinatos el año pasado y más de 140 en lo que va de 2023.

Esa gestualidad se hizo más palpable el jueves pasado, cuando en el Monumento a la Bandera, la precandidato presidencial de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich reafirmó que trabajará con Losada y el intendente y postulante a la reelección Pablo Javkin. “Si tenemos un pacto, un convenio, y un compromiso entre la Nación, la provincia y la ciudad, no nos para nadie. Lo que queremos todos, absolutamente todos en Rosario, es poder volver a vivir en paz, tener nuevamente libertad, poder salir a la calle sabiendo que vas a volver a tu casa, es poder dormir tranquilo porque sabés que tus hijos van a volver a tu casa a dormir y con tranquilidad”, señaló Losada, que durante el último tramo de la campaña se recostó en la figura de Bullrich.

La precandidata presidencial tuvo un rol protagónico en la campaña en Rosario, por su pasado en el Ministerio de Seguridad. La exministra recalca que bajó el nivel de violencia en esta ciudad durante su gestión, que coincidió con la Pullaro, contrincante de Losada en las PASO, pero en datos concretos sólo en 2017 hubo una pequeña baja de los asesinatos, que al año siguiente volvieron a incrementarse.

Hasta ahora la única estrategia que se aplicó a nivel nacional, en los últimos tres gobiernos nacionales, fue apelar al envío de gendarmes para aplacar la espuma de la violencia, en momentos ríspidos, con algún detonante, como ocurrió en marzo pasado, tras el ataque al supermercado del suegro de Messi y tras el crimen del niño de 12 años Máximo Gerez en el barrio Los Pumitas. Desde 2014, en ocho oportunidades se dispuso desde el gobierno nacional en envío de fuerzas federales para compensar el déficit de una policía provincial contaminada por la corrupción y el narcotráfico. Pero más allá de estas estrategias coyunturales nunca se puso en marcha un plan de fondo. Bullrich en 2016 había propuesto a Mauricio Macri intervenir la policía de Santa Fe, pero el entonces presidente prefirió ir con medidas menos invasivas para el gobierno provincial, en ese momento en manos de Miguel Lifschitz.

Marcelo Lewandowski, principal candidato del peronismo, le tocó durante esta campaña poner el cuerpo por la gestión de Omar Perotti, que estuvo siempre en crisis desde que asumió en materia de seguridad. El exrelator de fútbol esgrimió algunos cuestionamientos tibios a la administración de Perotti, de la que tampoco puede desmarcarse, a pesar de que no tiene buena relación con el gobernador. Ni siquiera Lewandowski fue al cierre de campaña de Perotti el miércoles pasado en Santa Fe. El exrelator de Fútbol para Todos tendrá la compleja misión, si se impone frente a los otros tres postulantes del PJ, de tratar de mostrar algo positivo en materia de seguridad, con un ministro como Aníbal Fernández que tuvo fuertes choques con el gobierno de Santa Fe.