Para los paparazzi que la esperaban en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Sidney, Australia, el gesto de Anya Taylor-Joy (27) había sido toda una señal: la actriz de Gambito de Dama había levantado con demasiado énfasis su mano izquierda, como queriendo que las cámaras captaran algo en particular: el anillo que lucía en su dedo anular. Era junio de 2022, y las noticias sobre el intenso rodaje de Furiosa, la esperada precuela de Mad Max, (sumado al conocido hermetismo de Taylor-Joy) terminarían diluyendo uno de los rumores más hot del mundo del espectáculo: la de una boda inminente entre la actriz y su novio, el músico y actor Malcolm McRae (29).

Finalmente se supo que la pareja tuvo su boda soñada. Fue el fin de semana pasado, en Venecia, una de las ciudades más románticas del mundo. En el Palazzo Pisani Moretta, una construcción del siglo XV situada en el Gran Canal, tuvo lugar la celebración. Ciento cincuenta invitados, que viajaron desde todas partes del mundo y entre los que se encontraban Cara Delevingne, Aime Carrero y Julia Garner, llegaron al palazzo -cuyo interior es un auténtico museo­- en los tradicionales taxis acuáticos y en góndolas para sumarse al festejo que revolucionó la Ciudad de los Canales: no solo porque el mismo día de la boda la actriz de Peaky Blinders salió a uno de los balcones mostrando su original vestido de novia –un diseño beige con bordados de pájaros y flores y un velo blanco-, sino porque el día previo al esperado “sí, quiero” organizaron, a modo de previa, una fiesta disfraces con todo el glamour de los carnavales venecianos.

El Palazzo Moretta fue sin duda el centro de la acción: los invitados fueron vistos en los balcones y en la terraza, tomando champán y haciendo fotos durante toda la tarde y las primeras horas de la noche. El domingo por la mañana, la recién casados organizaron un brunch de despedida en el Hotel St Regis.

LO QUE PASÓ LA NOCHE ANTERIOR

Un día antes de convertirse en marido y mujer, Anya y Malcolm la pareja celebraron un espectacular baile de disfraces, con trajes, capas y máscaras, para todos sus invitados. El escenario elegido fue el Palazzo Pisani Moretta, el mismo lugar donde –al día siguiente– tendría lugar la boda.