Horacio Altuna tuvo que salir a explicar una viñeta en Twitter
Pese a las creencias de la vicepresidenta Cristina Kirchner, la “comprensión de textos” no estaría en un ...
Pese a las creencias de la vicepresidenta Cristina Kirchner, la “comprensión de textos” no estaría en un nivel aceptable en la Argentina si no se capta una ironía. Una publicación en Twitter del bioquímico y docente Rodrigo Quiroga “denunciaba” que un personaje de la tira Es lo que hay de Horacio Altuna (Córdoba, 1941), que se publica en el diario Clarín, calificaba a los integrantes del Conicet como “ñoquis”, suerte de sinónimo de vagos o personas que cobran un sueldo del Estado sin trabajar. Altuna, que reside en España desde 1982, es el creador de la mítica tira El loco Chávez y de Las puertitas del señor López, ambas con guion de Carlos Trillo.
“Ya es de noche, gordo. Ahora debe de estar cerrada la oficina”, dice un personaje. ”No importa, vamos igual…”, responde el otro. “Queda lejos, tengo hambre”, le dice el primero. ”Vamos en taxi, te pago una cena…”, insiste su amigo. “Pero, ¿tenés guita? En serio…”. “Claro, soy docente… Soy ñoqui... Estoy en el Conicet”, responde. Hasta ahora nadie se sintió ofendido por el uso cariñoso del epíteto “gordo”.
De inmediato, el célebre historietista comenzó a recibir insultos y agresiones de investigadores y no investigadores que se habían sentido ofendidos y “estigmatizados”. Altuna se vio obligado a explicar que se trataba de la ironía del personaje de un chanta.
“En mi tira ‘Es lo que hay’, un personaje, que es un rata, anda con guita y dice tenerla porque ‘es docente, ñoqui, del Conicet’, es una enumeración irónica. En otra tira argumenta que la ganó en el Merval como brocker. Son incongruencias viniendo y conociendo al personaje”, tuiteó esta madrugada Altuna. “Lamento, repito, si me equivoqué en la narración. Me sorprende también, que los ofendidos defensores del Conicet, Instituto que respeto y admiro, me insulten por eso. Otra vez, lo siento. Es la primera vez en más de 50 años de profesión que me pasa”.
Cualquiera que conozca la situación de la Argentina sabe que a los docentes y los investigadores del Conicet no les sobra el dinero. “amo altuna. simplemente lo amo. nadie retrató la buenos aires de los 70s y 80s como él. en el futuro van a usar sus tiras para saber cómo éramos”, tuiteó el periodista y escritor Juan Manuel Strassburguer.
Aclarado el tema de la tira de Altuna. No me parece bien que haya recibido insultos, obviamente, y quizás estemos demasiado sensibles con el tema. Es lo que ocurre tras ocho años de recibir insultos, acusaciones y amenazas. https://t.co/sqjjUhN1ip
— Rodrigo Quiroga 🔬 (@rquiroga777) June 9, 2023Quiroga eliminó la publicación tras las explicaciones de Altuna. “Aclarado el tema de la tira de Altuna. No me parece bien que haya recibido insultos, obviamente, y quizás estemos demasiado sensibles con el tema. Es lo que ocurre tras ocho años de recibir insultos, acusaciones y amenazas”. Y agregó: “Yo no entendí la ironía (y sigo sin entenderla). Me parece jodido seguir repitiendo algo que lograron instalar muy fuerte (CONICET=ñoqui). De todas formas, por eso mi respuesta fue invitarlo a conocer un instituto CONICET, y no insultarlo ni nada por el estilo”.
Si ya voy a cagarme de risa de como ironizan con la equivalencia CONICET=ñoquis en Clarín. Ja ja ja ja. pic.twitter.com/DWU5oAEb9S
— Patricio Zain 🪐 (@PatricioZain) June 9, 2023La ironía es una figura retórica de antigua data. Según el Diccionario de la Real Academia Española, es una expresión que da a entender algo contrario o diferente de lo que se dice, generalmente como burla disimulada. También se la define como una “burla fina y disimulada”.
Hay progres que hoy te cancelarian a Susanita por heteronormativa y a Manolito por capitalista. Antes de ideología es necesario tener comprensión de texto, conocer la función de las ficciones y entender el mecanismo de la ironía. Porque si no, no sos progre, sos boludo y policía
— Enzo Maqueira (@EnzoMaqueira) June 9, 2023De Platón a Jacques Derrida, filósofos y críticos literarios se interesaron en este modo de expresión. Para el pensador francés Vladimir Jankélévitch, la ironía es “demasiado moral para ser artística y demasiado cruel para ser verdaderamente cómica”. No obstante, agrega, lo cómico y la ironía tienen un rasgo en común en el arte: “Son posibles allí donde la urgencia vital se atenúa”. En su ensayo La ironía, apunta que el ironista es más osado y libre que el cómico, pero admite que “la cosa puede salir mal” (lo ejemplifica con el caso de Sócrates).