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Independiente tuvo una noche ideal: a la buena noticia que le llegó del Maracaná le sumó un triunfo para seguir arriba en la Copa de la Liga

Tuvo un rendimiento apenas aceptable, sumó más falencias que virtudes, pero el Rey de Copas completó una noche redonda, que había empezado palpitando lo que ocurría en el lejano Maracaná y te...

Tuvo un rendimiento apenas aceptable, sumó más falencias que virtudes, pero el Rey de Copas completó una noche redonda, que había empezado palpitando lo que ocurría en el lejano Maracaná y terminó con un triunfo agónico, casi inesperado ante Atlético Tucumán. Un 2 a 1 que sin duda buscó, aunque lo hizo con muy pocas luces y lo encontró casi sin querer en la última jugada.

No debe resultar sencillo encarar un partido cuando todos los hinchas, de uno y otro lado, tienen la cabeza en otra parte. En el estadio José Fierro, los simpatizantes del Decano montaron una fiesta para “celebrar” que su máximo rival, San Martín, quedó fuera de la carrera por ascender a Primera (que incluyó el siempre criticable ataúd con los colores del adversario de turno). A través del televisor, la gente del Rojo todavía tenía la sonrisa puesta gracias a lo ocurrido en Río de Janeiro cuando la pelota empezó a rodar en Tucumán.

Si además en los primeros 15 minutos se lesiona un jugador (Federico Mancuello), otros dos chocan sus cabezas y requieren atención médica, y se enciende una fogata detrás de un arco, resulte inevitable que la dispersión se prolongue más de lo debido.

En eso estaba la noche, tratando de desperezarse, cuando el manejo de Joaquín Pereyra logró acumular tres hombres de camiseta roja sobre el vértice izquierdo del área y despachar el centro. Marcelo Estigarribia escapó de la marca de Felipe Aguilar, anticipó a Joaquín Laso, metió el frentazo abajo y puso el 1 a 0.

Lo mejor del partido

Iban 18 minutos, y aun así, al choque le llevó otro largo rato acabar de despertarse. Recién lo hizo cuando el retroceso de Matías Giménez le dio a Independiente un pase más de la mitad de cancha en adelante y de esa manera, establecer un cierto dominio territorial.

El delantero sanjuanino es un caso llamativo. Se ganó la confianza de Carlos Tevez por su despliegue, su capacidad para recibir de espaldas y su buen manejo de la pelota. Sin embargo, todas sus virtudes tienden a evaporarse cuando llega el momento de la definición. Ocurrió una vez más a los 24, cuando después de eludir a tres adversarios en la puerta del área local y quedar de frente al arco quiso colocar el remate y le “regaló” el balón a Tomás Marchiori.

La referencia de Independiente a sus siete copas Libertadores

Bueno, ahora si juega el Rey de Copas#TodoRojo 🔴 pic.twitter.com/qCVWfHUjDM

— C. A. Independiente (@Independiente) November 4, 2023

No hubo otra emoción semejante hasta el final de la primera mitad. Resultó estéril el control del juego por parte de Independiente, por los méritos defensivos de Atlético, y también por los deméritos de los de Avellaneda. Porque nadie debería llamarse a engaño con el resultado final: el entusiasmo posterior a la llegada del Apache a la dirección técnica y la transformación colectiva e individual que sumaron buenos resultados durante los nueve partidos iniciales parecen haber entrado en un bache.

Desde la categórica derrota ante River, el Rojo ha perdido la dinámica y el funcionamiento que le habían facilitado la huida de los puestos del fondo en la tabla anual y hasta le sostienen el sueño de una clasificación para la Sudamericana 2024. Puede liderar la estadística de posesión, como contra Arsenal o en la mayor parte del encuentro en Tucumán, pero falla cuando debe convertirla en un verdadero ataque. Es entonces cuando no surgen ni las variables ni la creatividad individual para desequilibrar al oponente y se repiten los errores en los pases o los centros para mayor gloria de los marcadores centrales.

Con la ventaja en el bolsillo, el Decano se apuntó al negocio que mejor conoce: apretarse en su campo, cerrar espacios y esperar el error ajeno para salir rápido y directo al contraataque. Y en la muy discreta primera parte cumplió con la premisa defensiva con tan pocos sobresaltos que ni siquiera le importó demasiado no volver a inquietar a Rodrigo Rey.

Intentó Tevez ganar agresividad con el ingreso del juvenil Javier Ruiz por Aguilar, uno de los tres marcadores centrales, pero recién lo lograría en los tramos finales. Hasta entonces, continuó careciendo de fluidez y hasta de sentido la producción del Rojo con la pelota en los pies; siguió muy poco interesado el local en asegurar el resultado, salvo cuando Pereyra hacía pesar su sapiencia; y se mantuvo el partido en el mismo pozo en el que se había estacionado desde el arranque.

Promediaba la segunda parte cuando por fin pasó algo que sacudiera la modorra. De manera sucesiva Pereyra puso en aprietos a Rey en un tiro libre y un disparo de Alexis Canelo rozó el palo izquierdo de Marchiori, hasta que a los 28 Andrés Merlos vio córner en una acción que pareció falta de Laso a Bruno Bianchi, el arquero quedó pagando en el centro y el propio Laso cabeceó al gol entrando por el segundo palo.

La igualdad le alteró el chip a la visita, que creyó en el triunfo mucho más que el Decano. Merodeó el Rojo la posibilidad en un remate de Kevin López que atrapó Marchiori y otro de Lucas González que se marchó alto. Lo encontró casi por casualidad en el minuto 93, en un despeje de cabeza de Laso que dejó solo a Canelo para que definiera contra Marchiori.

No fue bueno el rendimiento de Independiente, pero volvió a la victoria y a acomodarse en lo alto de la zona A. Ganó en una cancha difícil para celebrar que sigue reinando en América. Y redondeó una noche ideal…siempre y cuando no se profundice demasiado en su nivel futbolístico.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/independiente-tuvo-una-noche-ideal-a-la-buena-noticia-que-le-llego-del-maracana-le-sumo-un-triunfo-nid05112023/

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