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Las castas que tanto nos cuestan

Jorge “Coqui” Capitanich esperaba brillar en el horizonte electoral del domingo pasado como el meteorito que había iluminado el cielo barilochense pocos días antes. Pues no. La única luz que...

Jorge “Coqui” Capitanich esperaba brillar en el horizonte electoral del domingo pasado como el meteorito que había iluminado el cielo barilochense pocos días antes. Pues no. La única luz que lo alumbró fue la de las cámaras apostadas en el búnker donde reconoció la derrota a manos de Juntos por el Cambio.

Cristina Kirchner hizo lo imposible para que la ahora jubilada jueza Ana María Figueroa le trabara la posibilidad de ir a juicio en dos causas que la perturban sobremanera: las denuncias por lavado de dinero en sus hoteles y por encubrimiento en el pacto con Irán. Igual que a Coqui, el panorama se le oscureció. La Corte Suprema jubiló a Figueroa, Casación mandó a Cristina a juicio y, tras cartón, la Corte respaldó la constitucionalidad de la ley del arrepentido, que tanto permitió avanzar en la causa de los cuadernos de las coimas.

El que sí vio la luz en Diputados fue el presidente en ejercicio, ministro y candidato a presidente –el capicúa Sergio Massa– al conseguir la aprobación y giro al Senado del proyecto de exención de Ganancias para medio mundo, o más bien medio mundito, ya que los asalariados registrados son apenas un puñado de animalitos en el zoológico donde siempre caza el fisco. Hermosa la imagen de Massa junto a Pablo Moyano haciendo el gesto de fuck you a la oposición que votó en contra. No a toda la oposición, ciertamente: Javier Milei votó a favor, junto con el kirchnerismo y la izquierda, después de haber hecho una siestita reparadora en la banca.

En cuestiones de sorpresas, hubo para todos. A Patricia Bullrich la patotearon las dulces emerencianistas chaqueñas y el propio Milei fue depositario de una frase lapidaria de su exjefe durante muchos años en el sector privado, el empresario Eduardo Eurnekian: “Se tiene que tranquilizar porque no estamos en condiciones de aguantar otro dictador”.

A esa movida tan dinámica se le suma la quermese de Massita devolviendo IVA, levantando retenciones hasta hacía 5 minutos ilevantables y sorteando autos, motos y electrodomésticos entre comerciantes y clientes que utilicen Posnet y tarjeta de débito. Nunca es tarde para que el ministro se dé cuenta de que una enorme cantidad de transacciones se hacen en efectivo, sin tickets ni facturas, que hay mucho trabajo en negro y que a la AFIP ya no le alcanza con seguir cazando exclusivamente en el zoo de la registración.

Si todo eso pasó en unos pocos días, es de imaginar, querido lector, lo que va a ocurrir en las cuatro semanas que faltan para las elecciones, en las que el fullero va a seguir jugando a varias puntas, la expiba va a tratar de endurecerse el cuero y el león les va a mostrar los dientes, aunque sea para reflejarse en el espejo de las varias castas que tanto nos cuestan.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/las-castas-que-tanto-nos-cuestan-nid24092023/

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