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Los Alzaga. El origen de una dinastía marcada por el heroísmo y la conspiración: “En 10 años se volvió uno de los hombres más ricos”

Los Alzaga, junto con los Anchorena y Alvear, son una de las familias patricias más importantes de la Argentina. Los orígenes de esta dinastía se remota a mediados del siglo XVIII, cuando el pri...

Los Alzaga, junto con los Anchorena y Alvear, son una de las familias patricias más importantes de la Argentina. Los orígenes de esta dinastía se remota a mediados del siglo XVIII, cuando el primero de los Alzaga llegó al Rio de la Plata. El joven, que tenía apenas 12 y no hablaba el idioma, tardó solo una década en convertirse en uno de los vecinos más ricos y respetados del lugar. Aunque tuvo un rol decisivo en la defensa de la ciudad luchando junto a Santiago de Liniers contra de los invasores ingleses, cinco años después su historia tuvo el peor de los desenlaces: fue acusado de conspirador y condenado a muerte.

“Siempre llamó mi atención por qué Liniers tiene tanta bibliografía y Martín de Alzaga casi nada, siendo que ambos son contemporáneos y muy ligados en la historia. Es un caso único. Cuando me puse a investigarlo lo descubrí: es la historia de una trágica ambición”, dice a modo de preámbulo Bernardo Lozier Almazán, historiador y autor de “Martín de Alzaga. Historia de una trágica ambición”, publicado en 1998.

Martín de Alzaga era un español vasco proveniente de Aramayona. “Aunque era una familia hidalga eran muy pobres. El padre vivía de una cantera, extraía piedra, algo que, en ese momento, era muy valioso porque se utilizaba para la construcción, pero hizo malos negocios y estaba pasando por una miseria espantosa. Como tenía 11 hijos, don Alzaga tomó la decisión de enviarlos al mundo a ganarse la vida. Fue así que Martín llegó al Rio de la Plata en 1767, con 12 años y sin hablar el idioma. Sólo hablaba euskera”, explica el autor.

-Llegar a América sin hablar español imagino que puede ser difícil especialmente para un niño, ¿cómo se adaptó?

-Un vecino de Aramayona, don Gaspar de Santa Coloma, estaba instalado en el Río de la Plata y era un comerciante muy importante de aquellos tiempos, estaba casado con doña Flora de Azcuénaga y Basalvilbaso. Martín vino para estar bajo su cuidado. Santa Coloma lo incorporó a su familia y lo puso a trabajar en su negocio. En tan solo 10 años, Alzaga se convirtió en uno de los hombres más prestigiosos y ricos del virreinato. Durante el tiempo que estuvo con Santa Coloma logró juntar 24.000 pesos fuertes, suma que en ese tiempo era una fortuna. En una carta que Santa Coloma envió a un conocido le comentó: “Pensar que Martín de Alzaga vino pobre a trabajar conmigo y hoy es más rico que yo”. Luego, Martín de Alzaga abandonó a Santa Coloma e hizo su negocio por su cuenta.

-¿A qué se dedicaba?

-Al comercio, tenía condiciones excepcionales. Fue uno de los mayores importadores y exportadores rioplatenses. Una personalidad maravillosa, que se propuso salir adelante y lo logró. Al poco tiempo que comenzó a comerciar con España compró cuatro navíos con los que hacía con el comercio con Europa: la Magdalena, Nuestra Señora del Rosario, la Lucía y el Joaquín. También trajo de España a uno de sus hermanos, Blas, y lo envió a Perú para empezar a comercializar en esa zona. En 1805 el giro comercial que tenía Alzaga había tomado una magnitud impresionante. Comerciaba con Madrid, Cádiz, Hamburgo, Lisboa, Londres, Lima, Montevideo y Paraguay.

A los 25 años, mientras Alzaga se convertía en uno de los comerciantes más prósperos del lugar, se casó con María de la Magdalena de la Carrera y tuvieron una cuantiosa descendencia: 13 hijos. “Los primeros años vivieron en la casa de la suegra, que era viuda. Luego Alzaga compró una gran casa, a pocas cuadras del Cabildo, a la sucesión de Manuel Joaquín de Zapiola. Ahí se mudó el matrimonio y allí vivió él toda su vida. Era un caserón majestuoso, que fue acondicionado con muebles traídos desde Europa y vajilla de plata. Además tenían una quinta en Barracas, donde iban todos los veranos”, explica Lozier Almazán.

-¿Se conoce cómo era la personalidad Martín de Alzaga?

-Era un hombre rico con un temperamento muy fuerte. Fue un vecino de gran prestigio y muy generoso. Todos los sábados él salía con una de sus hijas -las iban rotando- a distribuir limosnas por los barrios más necesitados de la ciudad.

Las invasiones inglesas: “Un pueblo indomable”

El Virreinato del Río de la Plata se creó en 1776 e incluía lo que hoy son Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y parte de Brasil. La capital colonial era Buenos Aires. “En aquellos tiempos, era común que los ciudadanos ilustres fueran convocados a integrar el gobierno virreinal. Alzaga no fue la excepción. En 1785, fue nombrado Defensor de Pobres. Cinco años más tarde, síndico procurador general del Cabildo y en 1791 primer regidor y luego Alcalde de primer voto, que era lo máximo después del Virrey”, señala Lozier Almazán.

A su vez, cuando a finales del siglo XVIII, España entra en guerra con Francia, “se produce un distanciamiento entre Alzaga y Liniers que era francés, pero luego, el tema, fue superado”, agrega.

-¿Cuál fue el rol de Martín de Alzaga frente a las invasiones inglesas de 1806 y 1807?

-Alzaga tuvo una gran intervención. A pesar de las diferencias porque no le convencía su origen francés, se unió con Liniers para hacer frente al enemigo. Fueron los próceres de las invasiones inglesas. Liniers se destacó porque era militar, mientras que Alzaga financió la defensa. Él puso toda su fortuna al servicio de la reconquista e incluso creó un regimiento a su costo.

Según el historiador, cuando los ingleses desembarcaron en el virreinato vinieron solo 1200 soldados y tomaron una ciudad con 40 mil habitantes. “William Beresford, que tomó el poder en Buenos Aires, sabía que su ejército era débil que no iba a durar demasiado. Fue por eso que mandó un barco a Inglaterra para que envíen refuerzos. Eso se convirtió luego en la mal llamada ‘segunda invasión inglesa’. En otras palabras, la segunda invasión se produjo sin intención, en realidad era un barco que venía con refuerzos”, agrega.

Con la expedición inglesa de refuerzo llegaron al virreinato más de 10.000 hombres bajo el mando de John Whitelocke. “Era un pésimo militar pero para el transporte de tropas servía. Para su sorpresa, cuando Whitelocke a llegó a Buenos Aires se encontró que Bereford ya no estaba a cargo en la ciudad, que había sido vencido por Liniers y Alzaga, y que se había instalado en Montevideo. Todo el pueblo se había levantado. Se armaron barricadas y desde las azoteas de las casas lanzaban todo tipo de proyectiles. Hay documentación que muestra que Bereford dijo: ‘yo no intentaría nuevamente, es un pueblo indomable que solamente se lo puede conquistar comercialmente’, cosa que luego hicieron”, dice Bernardo.

De vecino ilustre a conspirador

-Con su actuación, Alzaga iba camino a convertirse en un prócer.

-Es un prócer, está reconocido su rol. Si bien Liniers fue el héroe de la reconquista, Alzaga fue el de la defensa de la ciudad durante la segunda invasión.

-¿Qué pasó luego de las invasiones inglesas?

-Liniers fue nombrado virrey interino, pero cuando Francia invadió España, Alzaga empezó a desconfiar de Liniers por su origen francés. Fue por esa desconfianza que el 1 de enero de 1809 Alzaga encabezó una revolución contra Liniers exigiendo su renuncia, pero perdió. Fue enviado como prisionero a Carmen de Patagones, junto con otros que hicieron el levantamiento, pero logró escaparse y huir a Montevideo. Más tarde, regresó a Buenos Aires.

-Para ese entonces, España estaba en crisis. Mientras que el rey Fernando VII fue tomado prisionero y su trono cedido a los franceses, aquí comenzó a gestarse el Primer Gobierno Patrio.

-El 22 de mayo de 1810, cuando convocaron a los vecinos, Alzaga fue uno de los pocos que no concurrió. Él propugnaba la independencia pero de una manera distinta a como la encaró Saavedra. Álzaga pretendía independizarse de España pero con un gobierno de españoles, mientras que Saavedra quería una revolución de los criollos. Tuvo muy poco apoyo y creo que ese fue su gran error porque le costó la vida.

A comienzos de julio 1812, junto con otros, Alzaga fue preso por conspirador contra los hombres de mayo y fue condenado a muerte. El 6 de julio fue fusilado en la Plaza de Mayo y su cuerpo estuvo colgado durante varios días. “Alzaga estaba prisionero en el Cabildo y llamó la atención, por comentarios de la época, que en el recorrido a su ejecución Alzaga caminó erguido, con una arrogancia que lo caracterizaba. Un cura caminaba a su lado y en un momento Alzaga se arrodilló y le pidió la bendición. Pero nunca pidió piedad. Tenía 57 años”, explica Lozier Almazán.

-¿Cómo afectó el trágico final de Martín de Alzaga a su descendencia?

-Alzaga y su mujer tuvieron 13 hijos. Fue una familia que a raíz de cómo murió su padre quedó aislada, marcada para la sociedad. Tal vez por eso, muchas de las hijas quedaron solteras porque solo salían de la casa para ir a misa. Cuando lo acusaron de conspirador, allanaron la casa y se llevaron toda la documentación, no quedó un papel. A la par, cualquiera que hubiese tenido en su poder algo que lo vinculara con él, como correspondencia, seguramente la destruyeron para no generar sospechas. Yo estuve varios años investigando y Enrique Williams Alzaga, un descendiente de Martín, se pasó toda la vida buscando más información pero encontró muy poco, casi nada.

-¿Cree que fue un conspirador?

-Él quería la independencia, pero con españoles. Aunque esto es una idea mía, creo que él armó esta disidencia para ser el virrey. Yo no tengo dudas que él quería serlo, y hubiese sido un gobernador extraordinario.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/los-alzaga-el-origen-de-una-dinastia-marcada-por-el-heroismo-y-la-conspiracion-en-10-anos-se-volvio-nid20072023/

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