El “jugador del pueblo”, como lo llaman en el ambiente del rugby, suele ver situaciones que los demás no, o las lee antes, se anticipa. Esa virtud se suele ver reflejada en la lectura de los partidos, en detalles que definen resultados. Encima, quienes lo conocen afirman que juega bien en varios deportes. Matías Moroni no acapara los flashes de Montoya, Matera, Boffelli o Mallía, pero cumple un rol que siempre es valorado por todos los entrenadores en fútbol, rugby o el deporte que sea: lectura de juego.

Fue una reacción de cinco segundos. Impulso y determinación. Algo así como la que había tenido Javier Mascherano contra Robben en el Mundial de Brasil 2014. Iban 73 minutos de una batalla a todo o nada. Los Pumas ganaban 19-17, pero se venía Gales. Corría a velocidad luz Louis Rees-Zammit por el sector izquierdo. No había nada que hacer: era try para el equipo europeo. De pronto, a todo vapor, aparece Moroni. Alma, corazón y vida para un tackle histórico. Cae y se toma las costillas, dolorido. Es una de las jugadas del deporte argentino que serán recordadas eternamente. Porque para ganar hay que atacar, pero también saber defender, tener la concentración necesaria para llegar a tiempo a un cruce salvador.

Así como Messi dijo luego de perder con Arabia Saudita en Qatar 2022 “que la gente confíe, no los vamos a dejar tirados”, Moroni tras la derrota de los Pumas ante Inglaterra en el debut en Francia 2023 invitó a los hinchas a no perder la ilusión: “Tenemos tres finales. Pasamos una y nos quedan dos. Hay que ganar, eso es lo que importa. Si perdemos, nos volvemos. Póngale el nombre que quieran, pero los invito a subirse”.

Cuando Cheika dio la primera lista de convocados, Moroni no estuvo entre los 33. Lo habían enviado a Argentina XV. Pero pronto se lesionó Santiago Chocobares y, entonces, lo llamaron. Nunca más salió de entre los 23. En el partido con Samoa, el único cambio táctico respecto al de Inglaterra fue su ingreso. Cheika dijo: “Desde que arribamos a Portugal siempre estuvo en muy buena forma en los entrenamientos. Es muy fuerte en defensa, y hace el trabajo que necesitamos para un 13″. No fue un elogio más.

Ayer, una nueva jugada del destino también lo puso en la cancha ante otra salida por lesión de Chocobares y Moroni no se quedó mirando al destino, lo salió a interceptar y le hizo un tackle. Seguro Cheika, en ese momento y en vivo, tuvo ganas de darle un abrazo.