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Néstor Grindetti y el desafío en Independiente: qué hará si es gobernador, de dónde sacará la plata y qué siente al ver al equipo en el fondo de la tabla

El muy formal “Hola, ¿qué tal?” recibe una respuesta poco habitual: “Cansado”. No es para menos. Néstor Grindetti, intendente de Lanús en período de licencia, llega al Libertadores de ...

El muy formal “Hola, ¿qué tal?” recibe una respuesta poco habitual: “Cansado”. No es para menos. Néstor Grindetti, intendente de Lanús en período de licencia, llega al Libertadores de América-Ricardo Bochini directamente desde un acto de campaña y sin tiempo ni de sentarse se quita el chip de precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por una de las corrientes internas del PRO y se pone el de presidente de Independiente. Graba un spot dirigido a los socios vitalicios del club, les pide a sus compañeros de comisión directiva que por favor lo esperen para la reunión que ya tendría que haber comenzado y se presta a la charla.

La dimisión de Fabián Doman en abril pasado lo catapultó de golpe al sillón presidencial, que ocupará como mínimo hasta el 6 de julio, cuando una asamblea general definirá los pasos a seguir. Y su actividad está desbordada.

“La salida tan intempestiva del expresidente me complicó mucho”, comienza Grindetti, y explica por qué: “En su momento acepté ser candidato a vicepresidente porque no es un cargo ejecutivo, pero el de presidente sí lo es. Hay que estar en el club, firmar papeles, tener tiempo… Era algo que no tenía para nada previsto, me cayó como peludo de regalo. Y encima después vino la precandidatura a gobernador, es mucho. Estoy realmente sobrepasado, pero no quiero eludir la responsabilidad, la asumo”.

–Justamente una de las críticas a Hugo Moyano apuntaba a que era un “presidente ausente”.

–Por eso hasta ahora, a pesar de todos mis líos de agenda, vengo al club prácticamente todos los días, estoy presente en la AFA, aporto ideas, resuelvo problemas, hablo cotidianamente con los miembros de la comisión y acompaño al equipo a todos los partidos. Solo no fui a Mendoza porque me implicaba casi un día y medio de viaje. Si faltara presencia, estaríamos haciendo macanas.

–¿Y en el futuro a medio y largo plazo? Por ejemplo, si finalmente sos elegido gobernador.

–En lo inmediato, me propuse ver en estos 30 días que faltan hasta la asamblea si hay alguna forma de ordenar las cosas para seguir siendo presidente, cubriendo todas las formalidades que indica el estatuto pero con menos tareas cotidianas. Si es posible, aceptaría continuar. Si no, tendré que dar un paso al costado, volver a ser vice y que la asamblea elija a algún otro dirigente como presidente. Si llego a ser gobernador, ya sería otro cantar. Pero para eso todavía falta bastante, vamos a esperar.

–¿Por qué renunció Doman?

–Sinceramente, no lo sé. No hablé con él. Respeto las posiciones personales, pero renunciar así, de la noche a la mañana… La verdad es que no me puse a indagar mucho, agarré la pelota y empecé a tirar para adelante.

–En su carta de renuncia, Doman hablaba de un dinero prometido que nunca llegó y de una situación de guerra de todos contra todos.

–Hay una fantasía en el fútbol argentino: mucha gente cree que para ser dirigente uno tiene que comprometerse a traer plata. El que conoce mi trayectoria y mi patrimonio no puede pensar que yo tengo seis millones de dólares para poner en Independiente y cancelar la deuda con el América de México. Nunca nadie de la comisión directiva dijo nada de esto. Si Doman cree eso es producto de su pensamiento. En lo personal, me comprometí a poner mi profesionalidad al servicio del problema financiero. En noviembre Independiente perdía entre 120 y 140 millones de pesos por mes y hoy esa balanza está casi equilibrada; y acabamos de pedir el levantamiento de la convocatoria de acreedores que venimos arrastrando desde 2005. Y en cuanto a las peleas, en las comisiones siempre hay discusiones. Pasa en el fútbol, en la política, en un club de barrio. Donde hay más de dos personas puede haber visiones divergentes, pero hoy estamos en armonía, laburando bien todos juntos.

–¿Qué es más difícil? ¿Dirigir una intendencia, una provincia o Independiente?

–No lo sé. La particularidad de Independiente es la mezcla de la razón y la pasión. En un municipio, una empresa o una organización civil uno puede manejarse con cierta frialdad profesional. Acá es imposible. Tengo que regular mi faceta de dirigente y la del hincha que soy. Hago esfuerzos por entender y tener empatía con el que insulta en la tribuna, pero por otro lado mi razón me dice que no estamos tan mal como él cree.

–¿De verdad no están tan mal? Todas las semanas surge algún problema, afuera o adentro de la cancha.

–Es un momento inestable. Lo fácil es echarle la culpa a la suerte, pero hay que ver de dónde venimos, y venimos desde muy, muy abajo, en la tabla de posiciones del fútbol y también en la organización administrativa del club, la deuda o el funcionamiento de las áreas no futbolísticas. Todo estaba muy desatendido y hubiera sido raro poder arreglarlo en seis meses, pero la tendencia indica que estamos un poquito mejor cada día.

–Hablemos de la deuda. ¿Ves posible levantar la inhibición del América para permitir la inscripción de refuerzos en agosto?

–Se puede, siempre que podamos transferir los más de tres millones de dólares que ya se juntaron en la colecta de Santiago Maratea. A eso hay que agregarles los más de dos millones de la venta de Sergio Barreto al Pachuca y otro poco que podamos reunir. Incluso si queda un pequeño saldo pienso que podremos negociarlo.

–¿Los problemas que planteó la Inspección General de Justicia (IGJ) con la colecta no pueden ser un impedimento?

–Entiendo que no. Según me explican los abogados los cuestionamientos son cosas nimias que se irán solucionando.

–¿Te llamó la atención la intervención de la IGJ? ¿Ves algún indicio de trasfondo político?

–Intento en la vida no ser suspicaz y opinar con pruebas. En este caso, no tengo ninguna para decir que hay una mano política. Claro que mi vieja decía que si tiene cola de gato, cabeza de gato y dice miau, es un gato. Me pregunto si era necesario que el inspector de personas jurídicas, que nunca aparece en los medios, saliera a decir que no hay que aportar más o que por cuestiones tan simples se diga que es irregular el fideicomiso. Ojo, nosotros no tenemos nada que ver con el tema, lo administra todo Maratea, pero yo digo: hay un chico joven y millones de personas que le creen y ponen sus pesitos en una cuenta totalmente transparente que permite seguir la trazabilidad del dinero y tiene un fin loable, ¿por qué lo acosamos? Y por otro lado, hasta hace un año la IGJ nunca estuvo interesada en saber lo que pasaba en Independiente.

–El club anunció la creación de un fideicomiso propio para grandes aportes y con garantía de devolución de lo invertido, ¿ya está en marcha?

–Está preparado pero no operativo. Es algo que tomó estado público demasiado pronto. Hoy es difícil pensar que alguien ponga dinero en un club con la idea de recuperarlo más adelante. No hay dólares en el país y las tasas de interés vuelan. La intención es salir a buscar esos fondos cuando en la Argentina la situación sea un poco diferente.

–¿Entonces cómo se van a resolver los más de 20 millones de dólares en deudas que tiene Independiente?

–Los acreedores tendrán que entender que queremos pagarles pero con condiciones que sean adaptables al flujo financiero del club. Habrá que intentar resolverlo a través de la negociación.

–¿Es rentable el fútbol hoy en la Argentina?

–No, si se depende de las cuotas de los socios y las entradas. Hay dos formas importantes de financiarse y sostener el largo plazo: entrar en copas internacionales, que dan premios en dólares, y vender jugadores. Para lo primero, necesitás traer buenos jugadores; y para lo segundo, ya estamos trabajando con el doctor Enrique Prada y Hugo Tocalli en un proyecto para el fútbol formativo e infantil. Sacar de la cantera valores interesantes debe ser el comienzo de otro Independiente. Es lo que nos dará la fortaleza para salir campeones y lograr los recursos económico-financieros a través de la venta de jugadores. Hace falta tiempo. Tocalli y Prada me dicen que en un par de años empezarán a verse los resultados.

–Hace unos días Daniel Seoane, secretario general del club, prometió que en este mercado armarían un equipo para ser campeones, algo que contrasta con la realidad económica.

–Habría que preguntarle lo que quiso decir. Uno siempre quiere salir campeón y trata de formar un plantel para conseguirlo. Lo que yo diría es que vamos a armar el equipo más competitivo posible dentro de las posibilidades de Independiente. El fútbol argentino está tan parejo que si nosotros hubiéramos metido 3 o 4 resultados que se nos escaparon sobre el final de los partidos, estaríamos cerca de entrar a alguna Copa.

–Ricardo Zielinski dijo que para aspirar a subir de nivel necesita jugadores de jerarquía que lleguen para ser titulares, y eso es caro.

–Está claro y vamos a buscarle alguna vuelta. El Ruso quiere 3 o 4 refuerzos. Podemos traer jugadores a préstamo y lograr algún adelanto de fondos por sponsoreo. Los actuales contratos vencen a fin de año y a partir de 2024 la idea es trabajar en un esquema por 2 o 3 años con importes crecientes a medida que el nombre del club vaya escalando y reposicionándose.

–¿Qué te parece Zielinski?

–Aprendí a valorarlo mucho en este tiempo. Es un técnico que sabe una barbaridad, no va con vueltas, plantea el fútbol de una manera sencilla y no pide barbaridades sino lo mejor para el club.

–Los últimos planteles de Independiente no han tenido paciencia ni feeling con los técnicos, ¿cómo lo ves en este caso?

–Veo una tendencia de mejora en el equipo. Es cierto que a veces nos empatan sobre la hora o no se acaba de encontrar el partido, pero noto que el Ruso es un verdadero coach, un motivador. Le está dando un carácter positivo al equipo. Por ahí no sale durante los 90 minutos, pero lo banco a muerte.

–¿Reconocen que en algo se equivocaron en la formación del plantel?

–Admito que las cosas no nos salieron bien. Sería muy fácil decir que nos equivocamos en elegir el técnico, pero no es así. Simplemente, las cosas no se dieron como nosotros pensamos. Cuando uno asume un error tiene que hacerlo de manera integral. La responsabilidad es nuestra. El entrenador que habíamos elegido nos pareció el más adecuado para el momento y para el fútbol que se quiere en Independiente, pero evidentemente no encajó. Hoy tenemos un técnico que le está dando al equipo la motivación que para mí necesitaba.

–¿Qué ambiente percibís en la cancha, en la tribuna?

–Noto un cambio, un ambiente casi familiar. Claro que nos embocan un gol y ya no es igual. Es natural, no lo digo como crítica, toda la vida me pasó exactamente lo mismo como hincha. Es inevitable, pierde Independiente y se me fastidió el día. Esta realidad, nos duele mucho, en especial a los de mi generación, que nos acordamos de todo lo que vivimos.

–¿Te da miedo ver la tabla?

–No me gusta, pero no tengo miedo. No nos va a ir mal ni veo un peligro inminente de descenso. Terminaremos bien este campeonato y el año que viene vamos a empezar a resurgir.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/independiente/nestor-grindetti-y-el-desafio-en-independiente-que-hara-si-es-gobernador-de-donde-sacara-la-plata-y-nid10062023/

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