Dos escritoras del colectivo de poesía y activismo Máquina de Lavar, Flor Monfort (Buenos Aires, 1976) y Noe Vera (Buenos Aires, 1980), “maquinaron” los poemas de Las mejores amigas, experimento verbal que debe mucho a la influencia de la performance y del feminismo en la literatura argentina contemporánea. También a internet, como evidencian los emojis intraducibles que marcan el recambio de voz, el uso irónico de asteriscos (y del lenguaje inclusivo: “Xadres e Hijes escribió Turguenev en el diecinueve”), las parodias serias y satíricas sobre la ilusión de cercanía que brinda la tecnología y la inteligencia artificial chamánica: “el bot me habla bajito / oscurizate me dice / volvete parda, incandescente”.

El espíritu de LMA es afectivo y anárquico: “me gusta pasar las horas con vos / lo encuentro anti capitalista”. Y el elenco es variado: además de las amigas compartidas (“entre amigas todo fragua / hacia un nirvana combinado”), sus madres e hijos y el “hombricario”, aparecen un sosías de Messi, Agota Kristoff, Alicia Silverstone y una insomne Alejandra Pizarnik. Los poemas se pueden leer como cartas en verso.

Al final del volumen, en “Retratos”, Vera describe a Monfort y Monfort a Vera. Antes, la simbiosis de escritura se proyecta en las vivencias de estas integrantes del “mujerío argentino”. La filosofía de las plantas, chismes y anécdotas (“en este cuento de amigas entra una poseidona / con hombreras y marco teórico / muy Derrida, derruida con intenciones nobles”), el humor burlón, tierno y de nuevo burlón, además de cavilaciones sobre el destino de las lenguas, circulan en un ir y venir modulado por el libre albedrío algorítmico.

Las mejores amigas

Por Flor Monfort y Noe Vera

Caleta Olivia

84 páginas, $ 5900