Nuevamente, como hace casi un año, la Escuela N.º 9 Coronel Genaro Berón de Astrada, ubicada en el barrio porteño de Palermo, fue asaltada por delincuentes. Cuando los directivos llegaron hoy temprano para abrir la institución, se encontraron con una escena repetida: desconocidos ingresaron al inmueble y les robaron alrededor de 60 computadoras del Plan Sarmiento que utilizan los alumnos para estudiar.

La directora del establecimiento informó a la Policía de la Ciudad que al llegar en la mañana del miércoles a la primaria hallaron la puerta de la cocina violentada, en desorden. En su primer relevamiento se dieron cuenta de que faltaban varias computadoras, explicaron los voceros policiales.

Si bien las fuentes oficiales no indicaron la cantidad de ordenadores que los delincuentes sustrajeron de la institución ubicada sobre la calle El Salvador al 4000 fue el padre de uno de los estudiantes quien dijo a los medios de comunicación que fueron 64 las notebooks robadas que estaban dentro de un aula especial.

Investiga este nuevo hecho la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N.º 43, a cargo de la Dra. Silvana Russi, quien dispuso que se labren actuaciones por robo. A fines de noviembre de 2022, la escuela vivió una situación de similares características. Entonces se robaron alrededor de 185 notebooks y los ladrones dejaron las llaves de gas de la cocina prendidas y hasta arrojaron alcohol de gel en las mesas del comedor que está en el subsuelo.

Agarrados de las manos, los alumnos y el resto de la comunidad educativa de la escuela le dieron un abrazo simbólico a la institución, entonaron las estrofas del Himno Nacional y dieron la vuelta a la escuela acompañados con aplausos para reclamar mayor seguridad.

De acuerdo con fuentes oficiales, en 2022 la Policía de la Ciudad de Buenos Aires investigó 163 hechos delictivos de este tipo. “Esta modalidad de robos empezó en las escuelas normales, donde hay tránsito de gente durante todo el día porque allí funciona, en general, la primaria por la mañana, la secundaria por la tarde y el profesorado por la noche. Están abiertas durante todo el día y cuando termina la jornada obligatoria es más difícil controlar el tránsito de personas”, dijeron a LA NACION desde el Ministerio de Educación porteño a cargo de Soledad Acuña.