El martes 31, el mismo día que cumplía 18 años, la princesa Leonor protagonizó un acto que marcó un antes y un después en su vida personal e institucional: juró la Constitución ante las Cortes Generales reunidas en Sesión Solemne en el Congreso de los Diputados. “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey”, dijo la princesa ante la misma carta magna que juró Felipe VI en 1986.

Tras una ovación de cuatro minutos de parte de diputados y senadores, padre e hija, que lucieron la Orden del Toisón de Oro, agradecieron llevándose la mano al pecho. A partir de ahora, Leonor está preparada para ser Reina y podría serlo en caso de que Felipe VI faltase, ya que, con la mayoría de edad, el monarca no necesita de una regencia para reinar.

Después, en el Escritorio, se le entregaron las medallas del Congreso de los Diputados y del Senado y, en el salón de Ministros, firmó el Libro de Honor. Concluidos los actos en el Congreso de los Diputados, los Reyes y sus hijas partieron hacia el Palacio Real en los mismos Rolls-Royce Phantom de Patrimonio Nacional en los que habían llegado acompañados por el escuadrón de Escolta Real a caballo. Allí, un grupo de estudiantes le cantó el “Feliz cumpleaños” a la princesa de Asturias y, en el Salón de Carlos III, en presencia del Gobierno y de los poderes del Estado, su padre le impuso el collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, una joya de oro compuesta por 41 piezas, la más distinguida condecoración civil que puede ser otorgada en España.

“Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. En este día tan importante –que voy a recordar siempre con emoción–, les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en nuestro futuro, en el futuro de España”, dijo Leonor. Y el Rey cerró: “Larga vida y acierto a la princesa de Asturias”.